Las obras de la calle Muro de Tudela se espera que finalicen el próximo mes de junio, dentro de los plazos que estaban previstos por la constructora y el Ayuntamiento de Tudela. Finalmente, el fondo de la calle, junto a la unión entre la calle Muro y la plaza Nueva, se resolverá con una jardinera y “un elemento arquitectónico que recuerde que el río Queiles pasa por debajo”, según ha descrito el concejal de Urbanismo, Zeus Pérez. Hasta el momento se ha construido lo que será la jardinera y un gran pilar en el que se puede ver una gran Q que señala al río que pasa por debajo.

Según ha indicado Pérez, “resta fundamentalmente las jardineras con planta y el arbolado en el lado del cubrimiento”, después de que ya se haya colocado los que se sitúan en la zona más cercana a la zona comercial y bares. El coste se enmarca dentro del anunciado, que era algo superior a los 1,36 millones de euros. Las obras comenzaron el pasado mes de agosto y apenas un mes después, en septiembre, el equipo de gobierno tomó la decisión de convertir la calle en peatonal "tras escuchar las opiniones de muchos vecinos y los criterios de la dirección de obra, el arquitecto y la Policía Municipal”. Desde el equipo de gobierno se estimó que el hecho de que no hubiera vía y calzada diferenciadas empeoraría la situación y relación entre vehículos y peatones a la hora de buscar los escasos aparcamientos que se dejaran.

Hay que recordar que en 2017 se instaló en ese punto de la calle Muro una especie de cristalera por el que se podía ver el paso del Queiles. Sin embargo, el constante paso del agua, la humedad, el crecimiento de especies vegetales y la suciedad hicieron que pronto se convirtiera en un lugar donde no se podía ver nada y ofrecía cierta imagen de abandono de la calle.

La actuación mantiene el patrón y la línea de trabajo de las actuaciones precedentes en el paseo de Pamplona (acera de las viviendas y de Sementales, diseñado por Blasco y Esparza arquitectos) buscando una continuidad, incluida la modernización de las redes y la pavimentación, con combinación de tipologías y colores. No obstante, a diferencia del paseo Pamplona, en la calle Muro acera y calzada estarán al mismo nivel. El concejal de Urbanismo se refirió entonces a “los beneficios de esta peatonalización para la ciudad, su centro y casco histórico, mejorando sustancialmente la movilidad peatonal y ciclista. Desde el punto de vista de la movilidad está demostrado que por la calle Muro circulan 250 vehículos a la hora, que buscan aparcamiento sin éxito, ya que cuenta con 43 plazas (30 en zona azul, 11 en carga y descarga y 2 para personas con discapacidad). Las obras reducirían dichas plazas a menos de la mitad y, teniendo en cuenta que se trata de una calle sin salida, la nueva configuración de plataforma única empeoraría la situación”.

Así las plazas de aparcamiento del Muro se trasladarán a Terraplén. Pérez afirmó entonces que en 2024 se haría la tercera fase del aparcamiento de Terraplén, con más de 40 plazas a lo que habría que sumar la apertura del aparcamiento de Constitución con 116 plazas. Igualmente se anunció que la peatonalización de la calle Muro aumentaría el número de arbolado y de zonas verdes, respecto a lo que inicialmente se contemplaba en el proyecto, aunque el hecho de que se eliminarán y talaran los árboles de la acera de los bares generó muchas críticas y un movimiento ciudadano de protesta, que coincidió con la eliminación de algunos árboles en el denominado Corredor Verde.