Desde su casa de Otsagabia, casa Burret en el barrio de Labaria, los pasos de Santi Gpienetxe Azkoiti le llevan a la ermita de Muskilda cualquier día del año. Proximidad, costumbre y vínculo para disfrutar de la belleza y de la paz del lugar en la cumbre del monte en soledad o compañía. Ese vínculo es la base que le llevó a postularse a sus 60 años como Mayordomo en diciembre, cuando adquirió el compromiso y responsabilidad propia del nombramiento. Y como tal, ayer volvió a la ermita en el día grande de Muskilda: ataviado con el traje de salacenco, arropado por toda su familia y rodeado por danzantes, en el día grande en el que se rompe ese silencio y Muskilda se llena. “Todos sabemos de la necesidad de participar, pero no siempre se puede dar el paso por falta de tiempo o porque no es el momento, manifestaba.

El día de Muskilda comenzó pronto en su casa con el desayuno del Patronato: Ayuntamiento (el alcalde, Mikel Aoiz, presidente) el párroco, Libio Ledesma con el Mayordomo a la mesa. En la casa también recibieron a los danzantes. La familia agasajó a todos, comenzando por Cristina Etxeberria Mikele, su mujer, hermanas y cuñados, “que se han volcado” para alegría de su madre, Mariasun Azkoiti, que a sus 88 años disfrutaba del día. Su ayuda, reconocía, “ha sido fundamental. Somos una familia grande y este año no falta nadie. También he contado con el apoyo la de la serora (encargada de la ermita), con una buena colaboración y contacto permanente”. Y por si fuera poco, la alegría de sus cuatro hijos: Aiora, Julen, Malen y Joan, de 14, 13, 11 y 6 años.

Estreno de las danzantes

La alegría de Santi se completaba estos días con las danzas en las que se estrenaban las mujeres en Otsagabia, entre ellas dos de sus sobrinas: Maite e Itziar Barberena. El grupo ya debutó en el Gartxot Eguna y en el Alto de Igal, pero no lo había hecho en su pueblo ni tampoco en Muskilda. “Me ha hecho mucha ilusión, sus danzas en la plaza y en la ermita. Me parece muy positivo que las mujeres participen y que sean del pueblo”, decía Santi Goienetxe, Mayordomo hasta el 13 de diciembre. Los cambios llegan a las tradiciones. Ya se cambió la fecha de las fiestas, adelantadas al primer fin de semana de septiembre por decisión popular. “Hay controversia. La consulta se repetirá antes de fin de año, pero hay que respetar el resultado y es fundamental elegir un fin de semana, para que la gente joven esté”, apuntaba el alcalde, Mikel Aoiz.