Estamos en Lanzarote, la isla más septentrional del el archipiélago canario y posee administración propia dentro de la provincia de Las Palmas y con Arrecife como capital. También conocida como la isla de los volcanes, un sobrenombre que se debe al manto volcánico que se extiende a lo largo de gran parte de su superficie, consecuencia de la gran actividad volcánica que hubo a comienzos del siglo XVIII.

Entre sus grandes maravillas por descubrir encontramos que tiene una laguna secreta llena de piedras preciosas. Hablamos de 'El Lago Verde de El Golfo', escondido entre acantilados de color rojo volcán acariciando toda la costa oeste de la isla. Este lugar paradisíaco tiene su entrada de agua de mar en un antiguo cráter de volcán. Sin duda un lugar único y que podremos encontrar en muy pocos lugares del mundo. Además, en este enclave podremos disfrutar de una riqueza de minerales de color verdoso que tienen el nombre de olivine. Por lo tanto, es un sitio muy concurrido por científicos y geólogos que tratan de investigar la isla.

Pese a lo que podamos pensar, después de escuchar que Lanzarote es la isla de los volcanes, no es una isla con muchas montañas o sitios altos, sino todo lo contrario. Lo que sí que podremos encontrar cuando la visitemos será el valle de Haria, también conocido como el valle de las mil palmeras. En este punto, lo más seguro es que nos preguntemos por qué hay tantos árboles de este tipo en esta isla del archipiélago canario y la respuesta, como en la mayoría de ocasiones, es bastante sencilla. En Lanzarote hubo una época que por cada nacimiento que había en la isla se plantaba una palmera. Aun así, se diferenciaba entre si el bebé que nacía era un niño o una niña. De esta manera, en caso de que fuera una niña, se plantaba una palmera, mientras que si el bebé era un niño, se plantaban dos.

la cochinilla

En Lanzarote habita un insecto muy conocido, llamado la cochinilla, que se utiliza para realizar todo tipo de tintes naturales. Este insecto se alimenta y crece gracias a que come las hojas de la tuneras -es un género de plantas de la familia de las cactáceas que consta de más de 300 especies, todas nativas del continente americano, que habitan desde el sur de Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia, donde crecen de forma silvestre- y este tipo de plantas podemos encontrarlos en los pueblos del norte de Lanzarote, Mala y Guatiza.

Son plantas no autóctonas que se plantan para que la cochinilla crezca y se introdujeron en la isla en el siglo XIX. Se pensó que sería una buena manera de mantener la industria textil en Europa. Su exportación a distintos puntos del continente fue clave para el desarrollo económico de la isla pero todo cambió en el momento que se creó el colorante sintético. Hoy día se mantiene su uso, aunque ya no se produce como hace años. Podemos encontrarlo en los pintalabios, caramelos o en la pasta de dientes.

la industria de la sal

Hablando de sostén económico de Lanzarote no podemos olvidar que a comienzos del siglo XX la sal era una industria que estaba empezando a introducirse en la isla. En poco tiempo creció pero tan pronto como aumentó comenzó a perder fuerza, ya que empezaron a desarrollarse técnicas punteras de congelación. Así, las salinas que en un principio surgieron como grandes negocios poco a poco se vieron obligadas a cerrar.

Aun así no cerraron todas, ya que una consiguió sobrevivir. Se encuentra al sur de la isla y tiene el nombre de las 'Salinas de Janubio'. De todas formas, con el tiempo empezó a convertirse más en una atracción turística pese a que seguía activa. El uso de la sal que se hace en la isla es para hacer las clásicas alfombras de sal para el día del 'Corpus Christi'.