Solway, una empresa minera de capital ruso con sede en Suiza, se ha puesto en contacto con la revista Argia para exigirle que retire una entrevista publicada en abril y que le pague 15.000 euros a modo de indemnización, no se sabe muy bien por qué.

Argia es una veterana revista semanal de información general en euskera, conocida y reconocida tanto por su calidad profesional como por su defensa de un periodismo crítico que mira más allá de las versiones oficiales.

¿Y qué es lo que tanto ha molestado a los magnates mineros de Solway? Pues una entrevista que le hicieron a la periodista guatemalteca Paolina Albani en la que denunciaba que esa empresa ha ocultado los informes de contaminación realizados por sus dos filiales en Guatemala. Esta periodista vino invitada por la ONG Mugarik Gabe y habló, entre otras cosas, de un estudio en el que está trabajando, “Mining Secrets” (secretos de la minería), en colaboración con 65 periodistas internacionales. Denunció que la multinacional, además de utilizar sus recursos financieros y políticos en favor de sus intereses en Guatemala, tenía un plan por el que destinaba fondos a la compra de líderes locales y medios de comunicación y enviaba dinero a la Policía Nacional guatemalteca.

Los hábiles rastreadores de información de Solway han llegado ahora hasta Argia y aseguran que llevarán a este medio a juicio si no accede a sus peticiones. David contra Goliat una vez más. Toda una amenaza en regla ante la que el grupo de trabajadoras y trabajadores se ha plantado en defensa de la libertad de expresión y del periodismo independiente.

Informar no es delito. Solidaridad infinita con Argia.