La Unión Europea se prepara para volver a la “normalidad presupuestaria y el equilibrio económico”, luego de las medidas excepcionales llevadas a cabo para salir de la crisis provocada por la pandemia y, después, por la guerra de Ucrania. Se trata de reestablecer el llamado marco de gobernanza económica de la UE y, para ello, los jefes de gobierno de los Estados miembro que utilizan la moneda común, el euro, se han reunido este pasado viernes en Bruselas. Una cita que en la que además han debatido sobre cómo completar la unión del mercado de capitales europeos y la introducción del euro digital. Tras más de veinte años desde su introducción, el euro ha pasado por distintos avatares, se ha cuestionado su supervivencia desde su nacimiento y, sin embargo se mantiene como moneda alternativa al dólar. De ahí que cuidar su salud sea vital para mantener estables las economías europeas y el Estado del bienestar.

Gobernanza económica

La gobernanza económica es un pilar fundamental de la arquitectura de la unión económica y monetaria, cuyo objetivo es detectar y corregir desequilibrios económicos que puedan debilitar las economías nacionales o tener efectos transfronterizos indirectos que repercutan en otros países de la UE. Con el Tratado de Maastricht de 1992, la UE estableció la arquitectura de la unión económica y monetaria como preludio al euro. Un sistema de instituciones y procedimientos establecidos para coordinar las políticas económicas con el fin de alcanzar los objetivos de la Unión en el ámbito económico. Incluye un complejo sistema de coordinación de políticas y supervisión de las políticas económicas de los Estados miembros y se basa en los principios de seguimiento, prevención y corrección de los desequilibrios que podrían plantear riesgos para las economías de los Estados. Con la pandemia el pacto de estabilidad y crecimiento saltó por los aires permitiendo medidas expansivas en gastos en el presupuesto de la UE y de los Estados miembros. Ahora se trata de volver a la “normalidad”.

Deuda más sostenible

El 26 de abril de 2023, la Comisión presentó una propuesta de nuevas normas de gobernanza económica para hacer que la deuda pública sea más sostenible y promover un crecimiento inclusivo mediante de reformas e inversiones. La propuesta plantea la introducción de planes fiscales y estructurales nacionales a medio plazo que presenten objetivos presupuestarios nacionales, medidas para corregir los desequilibrios macroeconómicos y reformas e inversiones prioritarias durante un período mínimo de cuatro años, con vistas a reforzar la implicación nacional. También aboga por la sostenibilidad de la deuda pública como elemento central con trayectorias de política fiscal basadas en estimaciones de sostenibilidad, fomentando al mismo tiempo un crecimiento sostenible. Eso sí, acepta trayectorias más graduales si los Estados miembros se comprometen a llevar a cabo reformas e inversiones en favor de la sostenibilidad y el crecimiento. Y, por último, establece un régimen de ejecución más estricto: si bien las propuestas otorgan a los Estados miembros un mayor control sobre el diseño de sus planes a medio plazo, la Comisión se propone establecer un régimen de ejecución más estricto para garantizar que cumplan los compromisos asumidos en sus planes fiscales.

Euro digital

El euro digital sería una forma digital de «dinero del banco central» emitido por el Banco Central Europeo para uso minorista junto con, por ejemplo, dinero en efectivo. En un mundo cada vez más digitalizado, un euro digital podría aportar beneficios para las personas y las empresas, promover la innovación y reforzar la autonomía estratégica abierta de la UE. En junio, la Comisión presentó su “paquete sobre la moneda única”. Este consta de dos partes legislativa: una sobre el marco jurídico para la introducción del euro digital y otra sobre el curso legal del efectivo, es decir, los billetes y monedas de euro. Con arreglo a estas normas, el euro digital complementaría al efectivo y estaría a disposición del público en general. Como moneda digital de banco central, estaría respaldada directamente por el BCE. Además, funcionaría como una cartera digital, que permita a las personas y a las empresas pagar con ella en cualquier momento y en cualquier lugar de la zona del euro; coexistiría con medios de pago privados nacionales e internacionales, estaría disponible tanto en línea como fuera de línea y permitiría realizar pagos y transferencias de dinero.