El otro día volví a pensar en eso de que “cada voto cuenta” y concluí, como todos, que eso no es así. Y que algunos votos valen más que otros. En Pamplona, por ejemplo, UPN gobierna porque sacó 9 concejales y el PP le apoyó con 2, lo que hace 11, que serían los mismos 11 que sacaría Bildu con el apoyo de Geroa Bai y Contigo, dejando de lado a un PSN que hasta hace nada no quiso saber del asunto. Como gobierna la lista más votada y la lista más votada fue UPN con 30.691 votos respecto a los 27.752 de Bildu, la alcaldesa fue de UPN.

Lo que no entiendo es por qué las cuentas no se hacen con los votos de los partidos con representación y sí con los concejales, que a fin de cuentas son unas asignaciones organizativas para tus votos, pero no tus votos reales. Tú puedes tener 1 concejal con 5.228 votos y seguir teniendo un concejal con 7.000, lo que nos lleva a la conclusión de que los votos que se quedan entre que logras el primer concejal y el que logras el segundo realmente no sirven. ¿Y si los votos totales a cada partido sí pudiesen servir para elegir alcalde o alcaldesa?

Pues la coalición UPN-PPN hubiese sacado 39.217 votos y Bildu-Geroa-Contigo hubiesen logrado 40.634. Esto es: más votos y más apoyos para el tripartito que para la derecha. Pero, por esto de la lista más votada y de dar más importancia a los concejales que al número de votos, gobernó UPN y no el tripartito.

A mí, sinceramente, me parece una manipulación de la voluntad popular amparada en el tema de la elección de concejales por el sistema D’Hondt, que ya digo que sí me parece válido para repartir escaños o concejales pero que no debería de ser utilizado a la hora de designar quién dirige. Por la sencilla razón entonces de que algunos votos valen mucho más que otros, algo que queda palpable. Otras veces la cuenta podría salir al revés, claro, perjudicar a la derecha. Pero para mí sería un sistema más justo.