Pasadas las votaciones en 159 colegios públicos de infantil y primaria para elegir jornada escolar en Navarra, han quedado datos y cuestiones sobre el tablero: 1) el 86% de los que votaron optaron por la continua, frente a un 12,5% por la partida y un 1,5% por la flexible. Eso a pesar de que se exigía un voto favorable del 60% del censo. Si Educación hizo una apuesta, parece que clara, por la partida, la gran mayoría de colegios no han querido saber nada.

Como 11 colegios de los 170 que hay en total no iniciaron el proceso para pasar de partida a continua, quedan 137 en continua (80,5%), 31 en partida (18,2%) y 2 flexible (1,1%). 2) De los 7 colegios que antes tenían jornada continua, 1 pasa a flexible y 6 a partida, pero en 2 de esos 6 pasaron de los votos necesarios pero al compartir transporte con dos colegios comarcales en los que ganó la partida tendrán ellos también partida.

En uno de esos colegios en los que ganó la partida lo hizo por un voto. En otros dos colegios que han pasado de continua a partida ha sido por 1 y 2 votos respectivamente. Esto es, la situación a nivel de decisión de las familias es casi idéntica a lo que ya había a grandes rasgos. 3) Con sus ventajas y desventajas en ambos modelos –al igual que la flexible–, le toca ahora al Departamento trabajar a fondo para minimizar los posibles efectos negativos que a su parecer tenga la jornada continua, una jornada que vistas las exigencias puestas y vistas declaraciones de responsables del Consejo Escolar no es vista de buen grado.

Si realmente no la querían, que no hubiesen dejado el pastel en manos de las familias, que han hablado clarísimo en la inmensa mayoría de los casos. Su trabajo y por lo que les pagamos es por dotar ahora a los centros de los recursos necesarios para hacer de esas jornadas –los tres modelos– unas jornadas de nivel para todos y cada uno de los txikis y sus circunstancias.