Me da vergüenza tener que escribir esta carta en 2022. Hace ya 16 años de la Ley antitabaco. 16 años en los que como sociedad hemos ido ganando (y seguimos haciéndolo cada día) metro a metro espacios libres de humo de tabaco.

Da asco tener que entrar a Materno Infantil o a las Urgencias Pediátricas y tener que tragarte, y tu hijo también, el humo del tabaco de personas egoístas que solo piensan en su cancerígeno vicio. Da asco tener que acompañar a un familiar al Pabellón D, pero podría ser cualquier otro, y ver cómo sus porches y bancos están llenos de gente fumando y colillas por el suelo. También es habitual ver a los acompañantes y a los propios trabajadores sanitarios salir a fumar y encontrártelos en la misma puerta de entrada, e incluso apoyados en los carteles que les recuerdan que están en una zona sin humos. Y por supuesto, tirar la colilla al suelo, en la misma entrada de un hospital.

No quiero que prohíban fumar en el área del HUN, porque ya lo está. Me gustaría que tanto el Gobierno de Navarra como la dirección sanitaria se tomaran en serio sus propias recomendaciones y/o normativas. Más en una zona donde cada día acuden personas mayores, enfermos y niños. Si se han colocado carteles de prohibición lo adecuado sería que se controlara su cumplimiento mediante Policía Foral u otros medios.

Para no limitar el derecho de los fumadores a envenenarse propongo que se delimiten espacios tipo pipican en los que se permita fumar, y que éstos se encuentren a una distancia prudente para los que no queremos envenenarnos.