Tener un permiso de conducir, cualquiera que sea la categoría que habilite a su portador para ser conductor, es tener un título de confianza pasado por toda la civilización. En cuanto al derecho, es el derecho de acceder a la posibilidad de ser habilitado para conducir después de realizar con éxito los trámites inherentes a la habilitación. Dado que es un título de confianza transmitido por la civilización, los deberes a cumplir son algunos. Desde el principio en lo que respecta a la ética y el respeto por los demás. Posteriormente, existen una serie de leyes, que regulan y establecen normas a cumplir.

Basado en los principios y valores de la ética y el respeto por los demás, la confianza en la atribución de un permiso de conducir tiene serias implicaciones, y ese incumplimiento debe traducirse en sanciones muy graves, desgraciadamente un gran número de personas no saben comportarse, y el único lenguaje que entienden es el del castigo. Acerca del sentido de responsabilidad, que es directamente proporcional a la confianza conferida, la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas debe tener un límite de 0 (cero) y ser sancionado con la pérdida definitiva del permiso de conducción inmediato, y sin derecho a recurso alguno. A los que no saben respetar una cola de tráfico, y queman líneas continuas para adelantarse a toda la gente... ¡cuidado! Con tanta prisa y afán, pasarán sus vidas rápidamente.