Cuando una persona mayor dependiente ingresa en un centro residencial de la Comarca de Pamplona se le asigna a los profesionales médicos y de enfermería del centro privado. Esta decisión, ausente de amparo legal, impide a las personas residentes acceder a la Atención Primaria de Salud del sistema público a la que tenemos derecho todos los ciudadanos españoles por el hecho de serlo. Vaya, que les echan del seguro.

Recuperar este derecho es francamente difícil, requiere enfrentarse al sistema sanitario y al de servicios sociales, un camino plagado de resistencias administrativas y carente de protocolos de coordinación entre ambas instancias. Al parecer, el personal sanitario de la residencia pierde el acceso a la historia clínica. En consecuencia, la familia les debe suministrar la medicación, llevar por escrito las indicaciones médicas dadas en cada consulta y viceversa, de la residencia al centro de salud. Este compromiso, bien por problemas de edad, capacidad o de disponibilidad de tiempo, no está al alcance de cualquiera.

Tiene que venir el Defensor del Pueblo a sacar los colores a nuestras autoridades por haber decidido olvidar durante décadas que esta decisión es ilegal, que los usuarios de los servicios residenciales tienen derecho a tener asignado personal médico del sistema sanitario público siendo responsabilidad de los poderes públicos garantizar la coordinación entre los centros de salud y los servicios médicos de las residencias (Q23/825 punto 7).

Se debe restituir de inmediato este derecho y es imprescindible que la nueva Ley Foral de Salud reconozca la Atención Primaria pública como servicio responsable y eje de la atención sanitaria de las residencias de mayores, dotándola de los recursos necesarios para poder asumir esta responsabilidad, promoviendo la integración funcional de los servicios sanitarios públicos y los de los centros residenciales.

Esto compensaría en parte los estragos producidos por el ánimo de lucro que domina la atención residencial de nuestra comarca y la atención a la dependencia en general. Como dice una persona que vive en la misma residencia que mi madre “mientras el cuidado de los viejos sea un negocio, no hay remedio”.

Hace algo más de 20 años oí decir a una ministra de Sanidad que nuestro sistema sanitario no es uno de los mejores por los recursos que se invierten en él, sino por el compromiso y el esfuerzo de sus profesionales y, sin duda, así ha sido. Toca ahora incrementar los recursos sanitarios y sociales de esta vieja y frágil red porque ni el esfuerzo ni el compromiso de los profesionales es suficiente ya para garantizar la atención sociosanitaria que las personas dependientes merecen. Nos toca reivindicarlo a nosotros porque ellos ya no pueden.

Gracias MJD por acogernos en tu cupo cuando todo estaba en contra. Nos abriste una puerta en la muralla y ahora formas parte de esas experiencias que le reconcilian a una con el mundo.

Gracias, por supuesto, a las cuidadoras y auxiliares, poco reconocidas y peor pagadas, por el respeto y el afecto con el que hacéis vuestro trabajo.