Desde 2005 han transcurrido hitos en nuestras historias, y en mi caso particular, entre los mejores, me quedo con el nacimiento de dos personitas que han cumplido ya 11 y 4 años, y que me otorgaron el título de tía. Hace unos días repasaba con mi sobrino, el txikito, unos cromos de la colección de Toi, y en uno de ellos el muñeco confesaba que estaba “namorao”. Comenté al pequeño si sabía qué significaba aquel adjetivo; y contestó: “Cariño”.

Si alguien me pregunta qué entraña Osasuna, respondo que despierta en mí un sentimiento, un estado de ánimo, una forma de vida. Las personas futboleras me entenderán, y acepto la incomprensión de aquellas que no son aficionadas a este deporte. “Dicen que estamos locos de la cabeza”, define el cántico que retumba en El Sadar. Pero locura de la buena.

Admito que mi agenda lúdica durante la temporada depende del calendario rojillo. En función de sus señalamientos organizo el resto de eventos del fin de semana (algún lector o lectora seguro que se ha visto reflejado y reflejada). 

17 de octubre de 2021

En una ocasión, las amigas me prepararon una comida sorpresa por mi cumpleaños, y posteriormente a la celebración me confesaron que consultaron si ese domingo 17 de octubre de 2021 Osasuna jugaba en El Sadar, porque sabían que yo era capaz de abandonar la sobremesa para acudir al estadio. Y no se equivocaban.

Por cierto, aquella jornada los de Jagoba vencieron en Villarreal por un tanto a dos, después de que Chimy Ávila marcara un gol en el minuto 87. No estaría mal esta resolución para la cita en La Cartuja. Tras este paréntesis, regreso a mi relato.

“Dicen que estamos locos de la cabeza”, define el cántico que retumba en El Sadar. Pero locura de la buena"

Ese día entre los obsequios, recibí un regalo especial: la camiseta rosa de la tercera equipación de aquella temporada, con mi apodo Ada y el 20 impreso, cifra que simboliza el número de integrantes de la cuadrilla. Eligieron esta prenda porque yo me había adelantado a comprar la roja.

La excepción que rompe la regla

Para este 6 de mayo, el club solo puso a la venta mil réplicas de la elástica que exhibirá el equipo en la final, y se agotaron con celeridad. Así que el resto deberá escoger para Sevilla entre el abanico de posibilidades que guarde en su armario.

Aunque algunos, como Astérix y Obélix, resisten a “vestirse como jugador para un encuentro de fútbol”, me insistía en una ocasión un veterano socio a quien aprecio. ¡Siempre hay una excepción que rompe la regla! Pero en mi caso, me sumo a la mayoría.

Mi sobrino, el txikito, me llamó por teléfono horas antes del último derbi contra la Real Sociedad para que me ataviara con “la camiseta del 20”. Más que una sugerencia fue una orden. “¡Con cuatro años y cuánto mandas ya!”, le suelo repetir. Accedí y de esa conversación me surgió una idea para este sábado de Copa. 

"Admito que mi agenda lúdica durante la temporada depende del calendario rojillo"

Sin querer, todas mis amigas viajarán a la capital andaluza a través de la camiseta rosa y con nuestro lema: Juntas somos más fuertes, aplicable a los jugadores rojillos para su choque contra el Real Madrid.

Dedico estas líneas a mi quinta de julio, que aunque ya no está desde hace tres años, vive en nosotras y también en ese 20.