Osasuna despidió ante el Almería la primera vuelta y, a su vez, daba la bienvenida al 2024 en casa, bajo el abrigo de una afición que no dejó sólos a los suyos. Desde el club se venía avisando, como así lo reflejó Jagoba Arrasate en la rueda de prensa previa al choque, que el equipo iba a registrar una gran entrada en su feudo. Y así fue. Ni el horario -el partido se jugó a las 17.00 horas en día laboral- ni el poco ritmo del mismo impidieron que 20.391 almas ocuparan las gradas, lo que supuso la cuarta mejor entrada del curso, tras las registradas ante el Barcelona (21.966), Real Sociedad (20.859) y Athletic (20.704).

El encuentro comenzó con una actuación de los abanderados italianos de la Cabalgata de los Reyes Magos de Pamplona, que dieron emoción en los prolegómenos del partido, y, pese a que la hinchada local seguía llegando al feudo rojillo, los pequeños protagonistas se llevaron su sonoro reconocimiento.

En cuanto al encuentro, el partido tuvo menor ambiente que en otras citas, quizás porque el ritmo de partido lento no animaba e incluso se escucharon tímidos pitos al cuarto de hora de choque que no tuvieron más repercusión. El gol de Budimir, doblemente celebrado, caldeó el ambiente de la grada, que se volvió a helar cuando el encuentro se detuvo por incidencias en la grada que no fueron a mayores. Los servicios médicos atendieron a un aficionado que requirió de su presencia en Graderío Sur en la segunda mitad, pero pudo abandonar la zona por su propio pie.

Al final, unos y otros celebraron el triunfo, tan vital como necesario, como reflejó el grito de la hinchada, que no volverá a pisar su feudo hasta el próximo 21 de enero en la visita del Getafe.