Seis partidos le quedan a Osasuna para terminar de la mejor manera posible la Liga. Los dos últimos encuentros ante Valencia (0-1) y Rayo Vallecano (2-1) han supuesto el adiós al objetivo de la lucha por la séptima plaza –la de la Liga Conferencia–, y eso que el desarrollo del partido en Vallecas, con victoria hasta el minuto 80, estaba sirviendo de enganche de nuevo a la ilusión, pero hasta ahí.

A Arrasate y su equipo le quedan despedirse de la temporada terminando lo más alto posible y, en lo que respecta al aficionado, ofreciéndole unas cuantas satisfacciones en El Sadar en los tres encuentros que restan. El primero que se pasará por Pamplona será el Betis, que se está jugando precisamente la séptima plaza; después caerá en jornada entre semana el Mallorca, uno de los equipos revelación de este curso; y se despedirá la Liga en casa con el último partido del campeonato frente al Villarreal, otro de los candidatos a meterse en Europa que no se ha deshinchado. Fuera las citas no son fáciles y arrancan el próximo fin de semana en Granada –uno de los equipos que descenderá a Segunda y que no tiene ya nada que perder para circular sin miedo–, continuará en San Mamés donde el Athletic tiene que seguir remando para consolidarse en plazas de Liga Euopa y se cerrará la Liga fuera ante el Atlético, tradicional hueso de los rojillos y conjunto metido en la pelea por estar arriba.

Osasuna sabe bien lo que es terminar una temporada sólo persiguiendo una honorable clasificación, sin premio añadido, y esto, ganar y mejorar en la tabla como esencia de la competición, ya lo recordó el técnico rojillo en los prolegómenos del partido en Vallecas como plan para lo que queda.

Arrasate se despide a final de curso y tiene a tiro hacerlo con buenos números, mejorando también la peor puntuación de las campañas anteriores en Primera. Los peores guarismos fueron en su segundo curso en la máxima categoría, cuando terminó undécimo con 44 puntos. Las permanencias han sido holgadas siempre. Está muy claro que la Liga no ha terminado.