La estrategia 'Navarra Green' concentra la mitad de los fondos europeos que recibirá Navarra

Placas solares para autoconsumo instaladas en la azotea de un parque de viviendas de alquiler rehabilitadas en Burlada. Oskar Montero

Navarra recibirá 364 millones de fondos europeos en los próximos dos años, la mitad de ellos destinados a proyectos verdes que se deberán ejecutar antes de 2026. De momento, el 66% de las ayudas están ya programadas mientras que el resto quedan todavía por definir dentro de los parámetros que los ministerios han fijado a los departamentos del Gobierno de Navarra.

La mitad de los fondos (182 millones) están destinados a proyectos vinculados con la transición ecológica y el desarrollo sostenible. Son actuaciones relacionadas con la rehabilitación energética de edificios, el impulso a las energías renovables, la promoción del vehículo eléctrico y movilidad sostenible, alimentación de kilómetro 0 o actuaciones de economía circular. La mayoría de ellos están incluidos además en la Estrategia Navarra de Transición Ecológica-Navarra Green que el Ejecutivo foral puso en marcha en octubre de 2020.

La situación en cualquier caso es dispar según departamentos. De esta forma, mientras Derechos Sociales, Salud y Vivienda tienen ya programados y en marcha prácticamente la totalidad de los fondos asignados por Europa (en algunos casos se completarán con presupuesto propios), otros apenas tienen definidos qué proyectos se van a financiar con las ayudas europeas. Hay margen para hacerlo todavía –los trámites administrativos son siempre complicados– pero el reloj ya ha empezado a descontar los plazos y habrá que devolver los fondos no ejecutados.

Universidades e Innovación, por ejemplo, solo tiene asignada el 7% de la financiación prevista; Justicia y Políticas Migratorias el 5% y Presidencia e Interior nada. Es cierto no obstante que estos dos últimos departamentos cuentan con menos fondos que el resto por lo que el número de proyectos es también más limitado y tienen todavía margen para ponerlos en marcha.

Por departamentos

El principal departamento beneficiado por los fondos europeos es Vivienda, que va a recibir prácticamente un tercio de todas las ayudas que va a gestionar el Gobierno de Navarra. Son 96 millones, que dirigirá en su gran mayoría al Plan Biziberri de rehabilitación energética de viviendas. El reto ahora es conseguir proyectos suficientes para poder ejecutar toda la inversión europea, por lo que se han mejorado y ampliado las convocatorias que hasta ahora se ofrecían con tal fin. En concreto, se destinarán 47 millones a la rehabilitación en entornos residenciales, 22 a la mejora energética de edificios y casi 19 a la construcción de viviendas de alquiler social en edificios energéticamente sostenibles.

Derechos Sociales, con casi 60 millones, es el segundo departamento con más fondos europeos. En su caso, irán mayoritariamente dirigidos a reformas de residencias y proyectos de inclusión social. Desarrollo Económico (63 millones) y Educación (45 millones), son las otras dos áreas con más ayudas europeas. En el primer caso irán dirigidas a fomentar el turismo sostenible y a financiar inversiones dirigidas al autoconsumo energético. Mientras que en el ámbito educativo los principales proyectos están pensados en dar respuesta a la situación creada por la Covid-19 en el ámbito escolar y mejorar la situación de la educación infantil en el ciclo de 0 a 3 años.

Entre otros proyectos, destacan también los 15 millones de Salud dirigidos a inversión en equipos de alta tecnología; los 12 previstos por Cohesión Territorial para generar espacios de bajas emisiones; los 6 dirigidos para fomentar explotaciones agrarias y ganaderas sostenibles y competitivas; o los 12 que el departamento de Universidad e Innovación prevé destinar a fomentar el I+D+i en el sector agroalimentario.

Los fondos europeos

Los fondos Next Generation son la herramienta financiera con la que la Unión Europea ha querido hacer frente a la crisis económica provocada por la pandemia. A diferencia de 2008, cuando los principales estados de la Unión apostaron por reducir el gasto público y obligar a los países más endeudados a ajustar sus presupuestos –lo que acabó alargando la recesión económica–, esta vez se ha optado por un plan de estímulo dotado con 800.000 millones a modo de préstamos y subvenciones, buena parte de ellos mediante deuda europea mutualizada.

Haciendo de la necesidad virtud, la UE ha apostado por dotar de fondos económicos a los Estados con los que modernizar las infraestructuras y acelerar la transición energética desde la sostenibilidad medioambiental. Las ayudas se han repartido en dos paquetes diferentes. Por un lado están los REACT-UE, centrados en la respuesta más urgente a la pandemia. Y por el otro el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), la principal herramienta de los Next Generation. Este último proyecto cuenta con 723.800, de los que 364,3 los gestionará directamente el Gobierno de Navarra.

El reparto del dinero

Según el acuerdo al que llegaron los estados europeos, a España le corresponden 140.000 millones de los fondos MRR-Next Generation. Una parte se gestionan directamente desde el Gobierno central, fundamentalmente en lo que se han denominado los PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica) en los que se busca fomentar la inversión privada. Es el caso del PERTE del vehículo eléctrico o el dirigido a modernizar el sector agroalimentario, ambos de gran interés estratégico para Navarra.

El resto de las ayudas se están canalizando a través de las comunidades autónomas en base a criterios de reparto decididos por cada Ministerio. Eso ha hecho que la distribución haya sido dispar y haya generado malestar en algunas comunidades autónomas. En algunos casos además con clara motivación política, como es el caso del recurso anunciado por la Comunidad de Madrid contra las ayudas otorgadas a algunos gobiernos autonómicos liderados por el Partido Socialista.

El reparto en cualquier caso está prácticamente definido, por lo que el reto ahora es poner en marcha cuanto antes las convocatorias para lograr la ejecución de los proyectos en el plazo estimado. Las ayudas europeas, que tienen como objetivo la reactivación económica, deben estar adjudicadas antes de que finalice 2023 y las obras previstas finalizadas antes de 2026. Lo que no se haya ejecutado antes no se podrá realizar y habrá que devolver el dinero. De hecho, el Gobierno foral confía todavía en asumir fondos asignados a algunas comunidades que no tengan capacidad de ejecución.