El Gobierno de Navarra acude el jueves al Parlamento a su último debate sobre el Estado de la Comunidad, y lo hace con la tarea principal prácticamente hecha. María Chivite subirá a la tribuna a exponer la gestión del Ejecutivo foral con un nuevo acuerdo presupuestario bajo el brazo, la reforma fiscal encarrilada y las principales leyes de la legislatura ya aprobadas. De la de Cambio Climático a la nueva financiación local, pasando por tres presupuestos y las leyes de vivienda, de peajes, de juego o de infancia.

El debate de política general llega por lo tanto con cierto aire de fin de legislatura. Un momento propio para hacer balance de casi cuatro años de Gobierno marcados por la pandemia, al principio, y por la guerra en Ucrania, después. Pero que, pese a todo, el Gobierno de Navarra ha podido y ha sabido gestionar con estabilidad política y económica. Un bagaje más que satisfactorio dadas las circunstancias.

Son las luces de una gestión que la presidenta María Chivite volverá a subrayar durante su intervención inicial en el pleno de este jueves. Así lo apunta la propia comunicación que el Gobierno ha remitido al Parlamento con motivo del debate de política general, en la que pone en valor “una legislatura marcada por el diálogo y los acuerdos”. “Desde una convicción que se mantiene firme, más aún cuando se ha demostrado útil para la ciudadanía y cuyos resultados son hechos. Porque los acuerdos y los avances están, son conocidos, y ya los percibe la sociedad navarra”, argumenta la presidenta.

Juego de mayorías

Pero no todo será triunfalismo en una sesión que los socios del Gobierno van a aprovechar también para marcar su propio perfil diferenciado. Ya lo avanzó la portavoz de Geroa Bai, Uxue Barkos, este lunes al recodar que en la labor del Ejecutivo foral hay algunos “déficits de actuación” que quiere señalar y que exige completar antes de que acabe la legislatura. No ha especificado más la expresidenta, pero es de suponer que el principal socio del PSN volverá a señalar algunos compromisos pendientes de cumplir, fundamentalmente en el ámbito lingüístico, y la falta de avances en materia de autogobierno. A poco más de cuatro meses de que se disuelva el Parlamento, la aportación al Estado y la transferencia de Tráfico siguen pendientes Madrid.

En similar situación encaran el debate Podemos e Izquierda-Ezkerra. Los dos grupos de izquierda llegan a la sesión en medio de un proceso de confluencia que empieza a dar sus primeros pasos bajo la nueva marca de Contigo Navarra que encabeza Begoña Alfaro. Y que les empuja también a subrayar un discurso propio después de una legislatura marcada por el trabajo de coalición en el Consejo de Gobierno.

Tampoco se prevé complaciente la posición de EH Bildu, socio parlamentario durante un mandato que empezó con el rechazo del PSN a reunirse en público con la izquierda abertzale, y que finaliza con una sólida relación que apunta también al futuro. Es el principal activo de la coalición que en las próximas elecciones encabezará Laura Aznal, y que volverá a mostrar a su formación como la garantía de que la derecha sigue lejos del poder. Pero con autonomía suficiente para marcar distancias allí donde más conviene.

Una derecha aislada

En cualquier caso, la solidez de la mayoría parlamentaria sigue siendo clara. Algo que quedará en evidencia este viernes con el debate y votación de las conclusiones. Ya sin presencia del Gobierno, los grupos parlamentarios plantearán propuestas de resolución que, salvo sorpresa, volverán a sumar en su mayor parte a los partidos que sostienen al Ejecutivo foral.

Un escenario que deja a la derecha como única fuerza en la oposición. Una oposición frontal y dura por parte de Javier Esparza, centrada especialmente en los acuerdos con EH Bildu. No ha habido casi otro eje argumental que no haya pasado por ahí durante prácticamente toda la legislatura y no se esperan argumentos diferentes tampoco esta vez. En la sede de Príncipe de Viana existe la convicción, o más bien la confianza, de que la dinámica de acuerdos de esta legislatura lastrará a los socialistas en favor de UPN, que todavía no ha decidido si irá a las urnas en solitario o en coalición con el PP. La del jueves será una nueva oportunidad para seguir incidiendo en la misma cuestión.

En clave económica

El campo de juego está en cualquier caso claramente definido. Lejos de sufrir desgaste a lo largo de la legislatura no ha hecho sino consolidar un escenario en el que asoman grandes incertidumbres. Una coyuntura internacional inestable y una situación económica marcada por la inflación dibujan unos meses complicados que el Gobierno podrá gestionar con una mayoría estable y unos presupuestos aprobados.

Pero que pueden no ser suficientes si la situación se acaba complicando más de lo previsto. Lo asume la presidenta, que dedicará al ámbito económico buena parte de su discurso. Desde la “preocupación” que exige la responsabilidad institucional, a la confianza de que Navarra va afrontar la crisis de forma distinta y con un coste social mucho menor del que dejó la gestión de UPN en la crisis anterior. Y con los fondos europeos como palanca de reactivación económica. Que las ayudas pasen de la propaganda institucional a la economía real es posiblemente el gran reto del Gobierno para lo que queda de legislatura.