Cuestión absolutamente imprescindible en cualquier comicio son las papeletas de voto. El proceso de organización de las próximas elecciones Generales ya se ha puesto en marcha, lo cual comprende el proceso de impresión, sujeto a los mismos plazos de exigencia que en las de 2019, solo que esta vez en fechas veraniegas.

Responsables de Gráficas Ulzama, empresa adjudicataria para la impresión de las papeletas, ya tienen el dispositivo preparado, más aún después de unos comicios tan recientes como los de mayo. Esta empresa lleva casi dos décadas trabajando en procesos electorales, también fuera de Navarra, en comunidades como la CAV, La Rioja o Asturias. En estas Generales, en principio, solo van a trabajar en la Comunidad Foral. 

Dicen que unas Generales son más sencillas de acometer que unas Municipales y Forales, y por lo tanto “mucho más llevadoras a nivel organizativo”. Con una salvedad. En esta ocasión hay que suministrar papeletas de color sepia para elegir el Senado, lo que obliga a tener encargado el papel tintado necesario con la anticipación suficiente. Lo fundamental es servir en los plazos marcados.  

CANTIDADES

Para José Ignacio Oteiza, director General de Grupo Ulzama, es clave ofrecer unas “capacidades demostradas y certificadas” en maquinaria y turnos, para poder sortear cualquier eventualidad. El encargo inicial es la impresión de 5 millones y medio de papeletas por parte de la Delegación del Gobierno en Navarra. En números redondos, el censo electoral multiplicado por diez. Además, se añade la demanda de los partidos políticos, de cara a sus envíos por correo, lo que puede elevar la cifra de papeletas impresas “un 30 o un 40%”, señala Jorge Esquiroz, director de Oficina Técnica del Grupo, que ha tenido que cancelar sus vacaciones previstas. para poder coordinar el proceso.

A PESO

Solo esas 5 millones y medio de papeletas encargadas por la Delegación del Gobierno suponen casi 10 toneladas de papel. Los diferentes partidos políticos, aclaran desde el Grupo Ulzama, no tienen el mismo porcentaje de papeletas impresas, dependiendo de sus resultados. Las cantidades las marca la Delegación del Gobierno. Eso sí, en un número inmensamente más alto que el que conforma el propio censo electoral, para curarse en salud, y que los electores no se encuentren en ningún caso con que en su colegio electoral se han agotado las papeletas o se han quedado en un número exiguo comparativamente con otras,

PLAZOS

“Nosotros no podemos imprimir nada hasta que nos pasan los archivos, una vez que se proclamen las candidaturas el 26 de junio”, explica Esquiroz. “A partir de ahí tenemos menos de 48 horas para entregar la mitad del voto por correo, y antes del cuarto día tenemos que entregar el resto de ese voto por correo, el que más prisa corre”. A partir de ahí, disponen de 4 días para entregar el resto del trabajo. Así que desde la proclamación hasta la finalización del proceso de impresión, cuentan con 8 días para realizar todo el trabajo. 

Ese calendario es igual de exigente en plazos que en otras Generales. “Técnicamente no es un trabajo complicado, pero sí que requiere que la planificación sea muy concreta y muy bien hecha para llegar a tiempo”, incide Esquiroz. Se trata de una labor secuencial, que también requiere del correspondiente guillotinado y empaquetado con su correcto etiquetaje. Lo que requiere una “muy buena comunicación tanto con la empresa de logística como con la organización del voto por correo”. 

PROCESO SECUENCIAL

En el momento en que se hace la proclamación de candidaturas , cuenta Jorge Esquiroz, “el teléfono está encendido 24 horas para lo que necesiten”. En cualquier caso, la experiencia es un grado para conformar un circuito de trabajo bien engranado, además de una maquinaria que evita el error humano a la hora de clasificar y conformar los envíos de voto por correo, que antes se preparaba a mano. 

También es importante el trabajo de preimpresión. Cuando se envían los archivos, proclamadas las candidaturas, se necesita una revisión y una adecuación de los formatos. Fernando Mendioroz es el coordinador de Preimpresión y explica esa “cuenta atrás”. “Una vez que ya tienes todos los archivos en condiciones, hacemos el planteamiento global de las tiradas. Esto es como una contrarreloj”. 

Según Mendioroz, “las 48 primeras horas son estresantes, con un esfuerzo importante para poner en marcha todo el engranaje. Se destilan los archivos originales, se comienza con la imposición de las candidaturas para el voto por correo, lo que más prisa corre. Siempre respetando rigurosamente el orden que debe de llevar por orden de registro de los partidos. 

Para este profesional, “el voto por correo es lo mas complejo, pues son juegos alzados y engomados con todas las candidaturas, y los plazos son muy cortos. Posteriormente, añade, toca “sacar planchas para las diferentes máquinas y ponerlas en producción”. 

Queda menos de un mes para las elecciones, y en la impresión de las papeletas llega la contrarreloj.