Mohammad Shtayyeh, primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ente que gobierna en zonas reducidas de Cisjordania ocupada, presentó este lunes la renuncia de su Ejecutivo tras más de un mes de presión de EEUU y alegando la necesidad urgente “de un consenso interpalestino” capaz de sustituir a Hamás en la Franja de Gaza, mientras se debate el plan de posguerra para el enclave.

“Puse la renuncia del gobierno a disposición del presidente Mahmud Abás el pasado martes día 20, y hoy –por ayer– la he presentado por escrito”, señaló el primer ministro al inicio de una reunión con todo su gabinete en Ramala, Cisjordania ocupada.

Se “requieren nuevos acuerdos gubernamentales y políticos que tengan en cuenta la realidad emergente en la Franja de Gaza, las conversaciones de unidad nacional y la urgente necesidad de un consenso interpalestino basado en una base nacional”, alegó Shtayyeh, según citaba la agencia palestina Wafa.

El gobierno de la ANP, dominado por Fatah, mantuvo el control administrativo tanto de Cisjordania como de Gaza hasta 2007, cuando tras ganar Hamás las elecciones legislativas un año antes, lo expulsó de la Franja e impuso un control ‘de facto’.

Aunque Israel se opone tanto a que la ANP regrese a Gaza tras el fin de la guerra como a la creación de un Estado palestino, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció en un boceto de plan posguerra que el control civil de Gaza recaería en funcionarios locales alejados de “países o entidades que apoyen el terrorismo”, según un documento que hizo público el día 23.

Por su parte, EEUU dice estar a favor de un ente reformado que cuente con el apoyo de los palestinos. Reunido con Abás en Ramala el pasado 10 de enero, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, le aseguró al mandatario que Washington apoya “pasos tangibles” hacia la creación de un Estado palestino, pero exigió a la ANP una “renovación” ante sus crisis de legitimidad entre los palestinos.

Desde hace años, tanto el Gobierno palestino como la Presidencia de Abás, con 88 años y quien no se somete a elecciones presidenciales desde 2005, goza de escasa popularidad entre los palestinos, según una encuesta realizada por el Centro Palestino de Investigación de Encuestas y Políticas en diciembre.

Entonces, menos de dos meses después del brutal ataque de Hamás en suelo israelí en el que murieron 1.200 personas, más del 60% de los palestinos en Cisjordania querían la disolución de la ANP, mientras que el 92% apoyaba la dimisión de Abás, según la encuesta.

La formación de un nuevo Ejecutivo de la ANP, sin embargo, no contempla un cambio en la presidencia, que seguiría en manos de Abás.

Población civil

Por su parte, y pese a la llegada este lunes a Catar de una delegación israelí para nuevas conversaciones que podrían desembocar en un alto al fuego en Gaza, el gabinete de guerra recibió a primera hora del Ejército un “plan para evacuar a la población (de Rafah) de las zonas de combate”, informó la Oficina del Primer Ministro, sin detallar la estrategia.

El plan podría suponer la evacuación de civiles, alrededor de 1.4 millones de personas, de nuevo a Jan Yunis, área localizada también en el sur de la Franja, donde el Ejército dice haber terminado con el batallón de Hamás, según The Times of Israel.

Pero no se ha tomado una decisión final”, dijo un oficial israelí bajo anonimato a este medio, que añadió que siguen en conversaciones con Egipto, país fronterizo con el sur de Gaza.

Netanyahu avanzó hace unos días que el gabinete de guerra aprobaría el plan de incursión terrestre en Rafah, donde dice que quedan cuatro batallones de Hamás, y que ha suscitado rechazo internacional por el riesgo que supone para la población civil, ya que más de la mitad de los habitantes gazatíes se concentran allí.

La comunidad internacional, incluyendo a EEUU, la UE o la ONU, han advertido a Israel en múltiples ocasiones que emprender una ofensiva dentro de Rafah puede tener consecuencias catastróficas.