Con la misión de reformarse para poder asumir el control de la Franja de Gaza cuando acabe la guerra, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) formará en los próximos días un nuevo Gobierno, de perfil más tecnócrata y del agrado de EEUU, aunque un impopular presidente Mahmud Abás se mantendrá en el poder.

Con un llamado a la “unidad nacional”, el primer ministro palestino, Mohamed Shtayeh, presentó el pasado lunes la dimisión de todo el Gobierno de la ANP ante Abás, “a la luz de los acontecimientos políticos, de seguridad y económicos relacionados con la agresión en la Franja de Gaza y la escalada sin precedentes en Cisjordania”.

”El próximo candidato a primer ministro deberá ser visto como independiente y con poder, particularmente en las esferas financiera y de seguridad. Esto es esencial para lograr acuerdos sostenibles de posguerra en Gaza”, afirma Ghaith al Omari, analista de The Washington Institute y exasesor en relaciones internacionales de Abás.

Se espera que Abás designe un nuevo Ejecutivo la próxima semana, de corte tecnócrata como le ha pedido EEUU, y el candidato más firme para el cargo de primer ministro es el director del Fondo de Inversión Palestino, Mohamed Mustafa, economista formado en EEUU que ocupó puestos de relevancia en el Banco Mundial y mantiene buena relación con funcionarios de ese país.

Apoyo estadounidense

En su última visita a la región en enero, el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, aseguró a Abás que Washington apoya “pasos tangibles” para un Estado palestino, que incluya la Franja de Gaza y regido por la ANP –que gobierna en zonas reducidas de Cisjordania ocupada– pero le pidió a cambio una “renovación” ante la grave crisis de legitimidad y desprestigio que padece entre los palestinos.

“A corto plazo no es realista que la ANP asuma el control total de Gaza, los donantes necesitan pruebas de que la institución se ha reformado, está capacitada y es financieramente transparente. A largo plazo, una ANP reformada y fuerte es necesaria para avanzar en la solución de los dos Estados”, apunta Omari.

Israel presentó hace una semana su plan de posguerra para Gaza, que contempla el control de seguridad israelí –que le permita realizar incursiones para detener “sospechosos de terrorismo” como hace en Cisjordania–, pero cede el control civil del enclave a “palestinos alejados de o entidades que apoyen el terrorismo”, cerrando la puerta a Hamás. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se opone tanto al retorno de la ANP a Gaza como a la posibilidad de un Estado palestino.

Bajo el mismo mando

Pero la ANP seguirá bajo el mando del presidente Mahmud Abás, de 88 años, con problemas de salud, acusado de autoritario y corrupto, y que no se somete a las urnas desde 2005, y con su popularidad desplomándose.

“Designar un nuevo primer ministro puede no ser suficiente para solucionar este problema más amplio de legitimidad, especialmente si hay dudas sobre la independencia del próximo gabinete. Sin señales claras de cambios más importantes, la confianza del público en ANP seguirá en picado”, señala Omari.

Según un sondeo del Centro Palestino de Investigación de Políticas y Encuestas en diciembre, un 60% de los palestinos apoya la disolución de la ANP y el 92% la renuncia de Abás. El apoyo a Hamás en Cisjordania subió al 60%, mientras que un 16% optó por un gobierno de unidad sin Abás, un 7% por mantener la ANP en su estado actual y solo un 3% se decantó por la fórmula de un Ejecutivo de cohesión nacional con Abás al frente.

“Tenemos una necesidad urgente de un consenso interpalestino, con base nacional, amplia participación, unidad de filas y la extensión de la autoridad de la ANP”, afirmó Shtayeh al dimitir.

Unidad

Facciones palestinas. Las facciones palestinas reunidas en Moscú acordaron continuar su diálogo para lograr la unidad nacional, según se desprende de una resolución difundida al término del encuentro. Los representantes palestinos, incluidos los delegados de Hamás y Fatah, acordaron que sus encuentros “continuarían para lograr una unidad nacional integral que abarque a todas las fuerzas y facciones palestinas dentro del marco de la Organización para la Liberación de Palestina”.