El viernes volvió a aparecer el sol en Pamplona. Un motivo más que suficiente para salir a la calle y respirar el ambiente presanferminero. Algunos aprovecharon para acercarse al Parque de la Runa donde vislumbraban las barracas. Otros, en cambio, optaron por arrimarse a los corrales del Gas, que tras dos años de pandemia volvían a abrir las puertas de 16.30 horas a 20.30 horas.
Desde la primera hora de la tarde, el lugar estuvo repleto de gente. Los más txikis se alejaban de la cristalera cuando percataban que algún toro se les acercaba, los veteranos preferían captar el momento con la cámara y los más valientes exigían entrar al recinto, incluso, pedían ver a los miuras. “Me imaginaba que serían más grandes, y me han parecido pequeños, la verdad”, aseguraba el pequeño navarrico de 6 años, Bruno López. Una opinión de la que discrepaba Blanca Marqués, la joven de Cortes de Navarra, que viene todos los años a echar una ojeada a los toros. “Nos gusta observar todas las ganaderías, pero este año ha coincidido con que todavía haya cinco”, afirmaba Marqués.
Los corrales del Gas albergaban a los toros de José Escolar, Fuente Ymbro y Núñez del Cuvillo, hasta que ayer desembarcaron los astados de la Palmosilla y Cebada Gago. Los de la Palmosilla serán los protagonistas del encierro y corrida del día 10. Serán toreados por Rafaelillo, Manuel Escribano y Leo Valadez. Los astados de Cebada Gago, en cambio, deberán esperar un día más, el 11 de julio, para saltar al ruedo y ser lidiados por los toreros Juan Leal, Román y Jesús Enrique Colombo.
A partir de hoy, la franja de visitas en los corrales del Gas se ampliará. También estarán abiertos al público a las mañanas, de 11.00 horas a 13.30 horas, y a las tardes de 16.30 horas a 20.30 horas. Los menores de 12 años, acompañados de adultos, podrán acudir de forma gratuita, mientras que los mayores deberán pagar 3,50 euros. Como es el caso de Mikel de la Iglesia. “Me apasiona ponerme delante de las vaquillas, pero me falta valentía para saltar a los toros”, admitía el joven de 17 años, mientras reconocía que es su primera vez en el corralillo y que solo disfrutará de un día de Sanfermines.
No le sucederá lo mismo a su compañera, Claudia. La pamplonesa no se moverá de la capital, por lo que no perderá el jolgorio. “Tengo muchísimas ganas de festejar y disfrutar de los encierros. No soy tan valiente como Mikel, pero soy amante de los toros desde muy txiki”, sentenció.
