El Máster en Género, Mujeres e Igualdad que se estrena este curso es el colofón a los 26 años de estudios de género en la UPNA. Ha sido un camino interesante, pero también muy arduo porque al final la estructura de la universidad es jerárquica y patriarcal. No ha sido fácil, pero hemos ido trabajando poco a poco hasta conseguirlo. Es como para estar muy satisfechas”, asegura con orgullo Blanca Fernández Viguera, profesora de la UPNA hasta su jubilación en 2012 y una de las promotoras de los estudios de género en la universidad, motivo por el que recibió el Premio Berdinna del Gobierno de Navarra en 2018.

“Al principio no se entendía muy bien qué era ni por qué tenía que haber estudios de género en las universidades. Creo que cada vez se ha tomado más conciencia de la desigualdad y de la necesidad de implementar un cambio social con personas que entiendan cuáles son las causas de la desigualdad y la raíz de la violencia de género para actuar”, asegura la investigadora social, una de las piezas fundamentales en este indispensable camino hacia la igualdad.

El primer curso, en 1996

Para encontrar las primeras lecciones con perspectiva de género en las aulas de la UPNA hay que remontarse más de un cuarto de siglo. “Empezamos en 1996 con un curso de Historia de las mujeres que impartió Silvia Fernández y que se nos propuso desde el IPES (Instituto de Promoción de Estudios Sociales) con la subvención del Instituto de la Mujer de Madrid”, recuerda Fernández. “El curso tuvo una gran acogida y fue muy importante para nosotras”, asegura.

Programa de género (1999-2007)

“Visto el éxito del curso, empezamos a hacer el Programa de Género, del que hubo ocho ediciones (1999-2007). No se exigía ninguna titulación previa y dábamos prioridad a las personas que estuvieran incidiendo en el trabajo con mujeres desde el Trabajo Social, la Psicología o los grupos de mujeres en los barrios”, recuerda. 

“Este Programa de Género se fue acompañando de un seminario de violencia de género, que fue el primero que se hizo en Navarra, y en el que participaron los mejores especialistas en esta materia de todo el Estado. En el 2002, se incorporaron también unas jornadas sobre prostitución que fueron bastante pioneras a nivel foral”. 

Título propio desde 2009

“El Programa de Género terminó en 2007, cuando se nos animó a transformarlo en un módulo de especialización en género dentro del Máster de Trabajo Social. Luego, fue reconocido como título propio experto de la Universidad en el curso 2009-2010. A él se podían matricular estudiantes con titulación superior y eso es lo que cambió respecto al Programa de Género, donde se podía apuntar todo el mundo. Por otro lado, se ganó en reconocimiento académico”, explica.

Comienza el máster en 2022

“Este curso, el máster es el colofón al proceso de todos esos años y es una obra colectiva porque los estudios de género están en la universidad siempre que hay mujeres feministas que mueven el tema. Me jubilé sin que existiera, pero ya lo estoy viendo. Lo que falta para el futuro es que los estudios de género no estén solamente en las especialidades de género, sino que sea algo transversal a todas las áreas de conocimiento. Si no tenemos en cuenta a las mujeres como objeto de estudio, estamos haciendo una ciencia incompleta. Y no puede ser que lo que se haga en la universidad sea acientífico. Hemos aportado una gran transformación al conocimiento, ha habido un cambio de paradigma en la ciencia y debe ser asumido por los nuevos científicos”, concluye.