El trasplante de intestino siempre ha sido “el raro” y el último en llegar a todas partes, al que más le cuesta avanzar. Tanto es así que “el 20-30% de los niños que necesitan un trasplante de intestino fallecen en la lista de espera”, según ha apuntado Ane Andrés, cirujana pediátrica y miembro del equipo de trasplante digestivo del Hospital Universitario La Paz de Madrid, en la conferencia que ha impartido en la XVIII Reunión anual de coordinadores de trasplantes y profesionales de la comunicación que se celebra este jueves y viernes en el Hotel Tres Reyes de Pamplona. El problema es la dificultad de conseguir un donante ya que, según ha explicado Andrés, “los niños necesitan que el donante sea más o menos de su edad y de su mismo peso”.

Por ello, desde el equipo de trasplante digestivo y desde la Unidad de Rehabilitación Intestinal del hospital La Paz trabajan por tratar de rehabilitar al paciente para que no necesite un trasplante y por avanzar en las técnicas quirúrgicas. “La mayoría de casos son pacientes con síndromes de intestino corto. Vienen a nosotros para ver si se puede evitar la alimentación parenteral porque daña el intestino a futuro y genera complicaciones”, ha detallado la cirujana. 

Por ello, hace unos años, se comenzó a desarrollar la donación en asistolia que supuso “un auténtico éxito en adultos”. La donación en asistolia es aquella en la que el donante ha entrado en parada cardiaca, es decir los órganos han dejado de recibir riego sanguíneo. Hasta ahora la donación más frecuente era la de pacientes en muerte cerebral pero con los órganos funcionando de manera artificial. “Se empezó desarrollando la asistolia en trasplantes de hígado, de riñón, de corazón y se vio que funcionaba, entonces nos dijimos: ¿Por qué no se iba a poder en el trasplante de intestino?”, ha relatado Andrés, que explicó que se pusieron manos a la obra con un proyecto con cerdos. “Les hicimos trasplantes de hígado de donante en asistolia y vimos que funcionaba. Diseñamos los protocolos y vimos que era posible hacerlo también con niños”, ha señalado.

Pioneros a nivel mundial

Yel momento llegó este mes de junio de 2022. “Emma era una niña que nació con intestino corto y que esperaba un trasplante. En junio nos llegó a La Paz un bebé de dos meses de vida que llevaba uno en la UCI por una epilepsia, el pobre no tenía viabilidad. Se planteó la donación a los padres y accedieron. Entonces, como ya habíamos hecho esos ensayos con cerdos dijimos: ¿Por qué no? Al final sabíamos el procedimiento. Llevamos al bebé a quirófano, le quitamos la intubación y cuando entró en parada cardiaca le extraímos los órganos”, ha recordado la cirujana, que ha comentado que después procedieron al trasplante a Emma, una bebé de 11 meses y 3 kilos a la que le trasplantaron el hígado, el páncreas –que también se habían quedado afectados– y el intestino.

“Fue muy bien. La niña se recuperó perfectamente y ahora es una pequeña sana”, ha apuntado Andrés, que ha detallado que fue “el primer caso del mundo de trasplante de intestino de donante en asistolia en niños”.

Sin embargo, la historia se ha vuelto a repetir: “Hace un mes lo hemos vuelto a hacer con Javier, un niño de 3 años que nació con la enfermedad de Hirschsprung, que hace que el intestino nazca sin neuronas y no se mueva. Estuvo a punto de morir pero se consiguió estabilizar y pudimos hacerle un trasplante de intestino similar al de Emma que se realizó con éxito”.