La tercera edición del proyecto Data pass es el resultado de una colaboración transfronteriza para analizar el mercado de vivienda. Ha elaborado un mapa interactivo que integra las bases de datos de los organismos implicados en el diseño de políticas públicas en ordenación del territorio y urbanismo. En él han participado Navarra, a través de Nasuvinsa-Lursarea y Observatorio Territorial de Navarra (OTN), el departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco, el Instituto Geográfico de Aragón y Agence d’Urbanisme Atlantique & Pyrénées. 

El encargado de exponer el caso de Navarra hoy martes a las 10.00 horas en Civican ha sido Alejandro Ruiz, técnico de Nasuvinsa. Ha hecho hincapié en que, atendiendo a la densidad de población y la tasa de crecimiento anual, el riesgo de despoblación está presente en gran parte de los municipios. La Comunidad Foral cuenta con una densidad de población de 60 habitantes/km², con zonas con hasta menos de 2,5 habitantes/km².

Se refleja en “la gran diferencia de población entre la capital y la zona rural”, ha señalado, “con excepción de la vertiente del Ebro, que presenta una red de pueblos relativamente densos y poblados”. Ante esta situación, cabe estudiar la tasa de reemplazo de los hogares. En Navarra la concentración de población joven, entre 25-39 años, frente a los mayores de 75, se da en la capital y en los grandes grupos urbanos, así como en sus periferias. En el resto del territorio, la mayoría de hogares carecen de reemplazo. 

Ruiz también ha explicado la importancia de la caracterización del parque residencial como “un proceso clave que ayuda a comprender la composición y la distribución de las viviendas”. En este aspecto, Navarra cuenta con un 40,5% de viviendas que tienen más de cincuenta años, exceptuando la comarca de Pamplona como única zona por debajo de este valor.

Por otro lado, las zonas despobladas, en concreto los Pirineos, la Sierra de Codés y la Sierra de Valdorba coinciden con las que tienen más viviendas no principales, ya sea porque no se utilizan o porque de reservan para periodos estacionales, y también mayor número de viviendas unifamiliares. Respecto al tamaño, la gran mayoría de municipios se sitúan entre los 100 y los 150m² por vivienda, con mayor tamaño hacia el noroeste.

El estudio también analiza la disponibilidad de viviendas que son económicamente accesibles para individuos y familias de diversos niveles de ingresos, sin poner en riesgo su capacidad para satisfacer otras necesidades básicas, teniendo en cuenta las dimensiones de viabilidad, seguridad, diseño universal y eficiencia energética.

El director gerente de Nasuvinsa, Javier Burón, ha explicado que el 2% de la oferta de vivienda en España es pública y el 98% es privada lo que supone una “carencia de medios que imposibilita medidas sistemáticamente relevantes, por lo menos a corto plazo.

Queremos vivienda social de alquiler en zonas rurales para evitar la despoblación y eso no interesa a ningún inversor”. Por su parte, Burón desarrollo algunas medidas para revertir la situación como zonificar las planificaciones territoriales en función del uso del turismo o disponer de subvenciones a fondo perdido para incentivar la rehabilitación privada.