Seis de cada diez familias navarras adoptan iniciativas para ahorrar en las facturas de luz y gas de casa, según muestra una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache.

Estas medidas pueden ser de diversa índole, de forma que, además de reducir las horas de calefacción o la temperatura en casa, una práctica muy extendida entre los consumidores en los últimos tiempos (una variación de 1º C genera un ahorro aproximado de un 7 % en climatización), también se han adoptado otra serie de medidas para optimizar y ahorrar en el consumo energético del hogar.

Usar bombillas de bajo consumo

  

Entre ellas, la más habitual es usar bombillas de bajo consumo, algo que hace el 77 % de los encuestados y que puede suponer un ahorro de consumo cercano al 80 %, según indica el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE). En muchas ocasiones el ahorro se apreciará a largo plazo, debido a que tienen una vida de funcionamiento más larga; de hecho, las bombillas LED tienen una vida útil diez veces mayor que las incandescentes.

Según Irache, la iluminación supone el 5 % del gasto energético del hogar. Además del tipo de bombillas que haya en casa, la distribución de la vivienda, la colocación de ventanas que permitan una buena iluminación natural y el uso razonable de la luz artificial son factores que también suponen un ahorro.

Ventanas eficientes y con sombreado

  

Otro elemento que los ciudadanos tienen en cuenta para optimizar el consumo energético en los hogares son las ventanas, de forma que el 53 % tiene elementos de sombreado. Estos disminuyen el recalentamiento de la vivienda en los meses cálidos de una forma natural y pueden evitar otras medidas de más gasto como el uso de aire acondicionado. Eso sí, a la hora de colocar toldos u otros elementos de sombreado en edificios de viviendas es conveniente consultarlo antes con la comunidad de vecinos.

Por su parte, el 49 % de los encuestados cuenta con ventanas eficientes, con acristalamiento doble o triple y con marcos con rotura de puente térmico. De esta manera, se consigue reducir notablemente la pérdida de calor, lo que permite un uso menor de la calefacción.

Aislamiento del edificio

   

Así, el aislamiento de la vivienda es fundamental. Las pérdidas de calor en un edificio pueden llegar a suponer un 30 % de la energía de la calefacción o la refrigeración. Pero, además, un mal aislamiento también puede suponer mayor ruido, polvo o humedad en la vivienda. No obstante, la encuesta muestra que el 36 % de los encuestados considera que su edificio tiene un buen aislamiento térmico.

Buena parte de los edificios de Navarra cuentan con 30 ó 40 años de antigüedad y su eficiencia es mejorable. Se considera que hasta cerca del 80 % de las pérdidas de calor de una casa se podrían reducir mejorando su aislamiento. Actualmente buena parte de estas reformas cuentan con importantes subvenciones, de las que conviene informarse antes de encarar una reforma.

Grifos con cabezales

   

Un 28 % de los encuestados usa grifos con cabezales, que según algunos expertos, pueden suponer un ahorro de más del 50 % en el consumo de agua. El agua caliente sanitaria representa un gasto del 18 % de la energía de un hogar, según el IDAE. Es recomendable hacer un uso moderado del agua caliente, siempre en unos términos razonables de bienestar.

El 40 % del agua que se gasta en los hogares proviene del uso de la ducha o el baño. En este sentido, muchas personas optan por cambiar la bañera por un plato de ducha. Ducharse en lugar de meterse en la bañera supone gastar, en términos generales, unas cuatro veces menos en agua y energía.

Tarifas con discriminación horaria

   

Hay un 11 % de personas que dicen que cuentan con una tarifa de discriminación horaria, de forma que el consumidor puede aunar u organizar el funcionamiento de la lavadora, lavavajillas, secadora u otros electrodomésticos para que consuma energía en los tramos en los que el kilovatio por hora le resulte más barato.

En este sentido, el consumidor debe observar detenidamente las condiciones de su contrato, analizar en las facturas su consumo por tramos y comprobar que el precio que se le ha aplicado es el pactado. Más allá de los contratos del mercado libre, en la tarifa regulada los cargos y peajes también son diferentes en función de la hora en que se gaste la energía. En cualquier caso, la forma en la que se calculará el precio de la luz en el mercado regulado va a cambiar a partir de 2024, ya que progresivamente tendrán más peso los mercados a futuro.

El autoconsumo

 

Más allá de optimizar el gasto energético, otra opción posible para el consumidor es generar su propia energía a través de instalaciones de autoconsumo, fundamentalmente paneles solares. Lo pueden hacer las personas que viven en casas unifamiliares, pero también las comunidades de vecinos.

Aunque la inversión inicial es relevante, el ahorro, si bien dependerá de varios factores, también lo es -algunos lo sitúan en un 70 % de la energía, otros en 350 euros al año para un hogar medio-.

Además de usar la energía que produce para su propio gasto doméstico, aquella que sobre se puede verter al sistema de distribución general y se descontará, en función del contrato que tenga, de la próxima factura eléctrica.

Otras medidas

   

Más allá de estas medidas, también puede ayudar tener electrodomésticos de máxima eficiencia energética -pueden ahorrar más de cien euros al año- o prácticas como usar programas de lavado a menos temperatura o cocinar de forma eficiente siempre pueden colaborar a que el gasto energético de la vivienda sea algo mejor.