Teresa Imízcoz ha sido este domingo la “cara visible” de la concesión de la Medalla de Oro de Navarra a la UNED de Pamplona pero “el mérito es de todas las personas que me han precedido en el cargo y de todas que a lo largo de estos 50 años han trabajado o estudiado” en esta institución. “Esto es una labor de conjunto de muchos años, de muchas personas que se merecen este reconocimiento”, ha asegurado una vez finalizado el acto, que ha vivido con tranquilidad y arropada por su marido, un hijo, una hermana y “todo el equipo UNED”.

No obstante, le han acompañado, entre otros, el rector, Ricardo Mairal; la vicerrectora de Calidad, Rebeca de Juan; la directora del gabinete técnico del Rectorado, Karen Vilacoba; el representante de estudiantes, Miguel Rodríguez Cuevas; el representante de tutores, Javier Blázquez; el representante del personal, Amancio Amadoz; así como los tres ex directores Francisco Miranda, José Luis Martín Nogales y Carmen Jusué.

Javier Blázquez, profesor de Filosofía, ha considerado que el acto había sido “entrañable y muy emotivo. Hemos recibido cariño, reconocimiento y la institución ha salido reforzada”. Ha manifestado que sus compañeros en la UNED están satisfechos por ser parte “de una actividad tan comprometida socialmente con el bienestar de Navarra, con el desarrollo, la innovación, la educación” y ha destacado que “el alumnado de la UNED es especial”, porque tiene que compatibilizar sus estudios con “su labor profesional, su trabajo, la familia”. “Sale muy preparado, no solo en contenidos intelectuales, sino a la hora de tener capacidades, aptitudes, que después le van a ser de gran ayuda para desenvolverse con mucha soltura en la vida”, ha afirmado.

En la misma línea, se ha expresado el estudiante de Geografía e Historia Miguel Rodríguez. Ha agradecido la labor de los tutores, que “nos acompañan en el día a día”, y ha considerado que este reconocimiento “no es solo por lo que se ha hecho, sino por lo que queda por hacer”. Además, ha deseado que el centro siga con “su ADN: ofrecer esa formación inclusiva y de calidad a diferentes perfiles y seguir atrayendo a estudiantes que tienen esa vocación insatisfecha y quieren seguir estudiando”.

Francisco Miranda Rubio, licenciado y doctor en Historia, fue director de UNED Pamplona desde 1987 hasta 1999. “Te enorgullece que las máximas autoridades reconozcan la labor de la UNED, que apuesta por la igualdad de oportunidades, que todo el mundo pueda estudiar y emprender, tenga la edad que tenga. Esta universidad es una institución extraordinaria para la sociedad navarra”, ha defendido Miranda, que ha agradecido “de corazón” que los alumnos y alumnas confiaran en este centro educativo desde el principio. “La respuesta de la ciudadanía fue inmediata porque en Pamplona no había más que la Universidad de Navarra y los estudios universitarios que dependían de Zaragoza. El papel académico que hizo la UNED fue muy importante y por eso se convirtió en referente”, ha señalado. De sus 13 años como director, Miranda se ha quedado con el gran número de alumnos que compaginaban los estudios con el trabajo y, aún así, finalizaban la carrera. Era muy emocionante entregarles los diplomas”, ha recordado.

Naikari Sánchez, profesora y tutora en el grado de criminología desde 2017, ha agradecido que el Gobierno de Navarra reconozca la labor pedagógica que realiza esta institución. “Es muy importante que las autoridades premien la formación y la transferencia de conocimiento entre todos los navarros, que no existan barreras económicas ni sociales”, ha apuntado Naikari. “Tenemos que seguir dando oportunidades a las personas que, de no ser por la UNED, no podrían estudiar. Debemos apoyar a la gente que tiene iniciativa y desea aprender durante toda su vida”, ha subrayado Greogorio Buldáin, coordinador tecnológico y tutor. 

Sergio, responsable de informática de la UNED, también ha apreciado la Medalla de Oro, pero ha matizado que el “verdadero galardón es que la sociedad valore nuestro trabajo, que cada vez más gente se anime a estudiar y que los alumnos estén tan contentos con nosotros que nos regalen unos playmóbil. Para mí, es tan grande como el premio que hemos recibido hoy. La medalla de oro son los pequeños detalles que recibimos en el día a día por parte de las personas que conforman la familia UNED”.

En la misma línea Javier Ilundáin, coordinador académico y tutor, ha destacado el buen ambiente que se genera dentro y fuera de las aulas: “Por la UNED ha pasado muchísima gente. La mayoría nos guarda muchísimo cariño y, aunque hace años que ha terminado la carrera, se pasa a saludar. Estas cosas son las que más llenan”. “Aunque seamos una universidad a distancia, la relación entre alumno y profesor es muy cercana. Somos una gran piña, una familia muy unida”, ha subrayado Naikari. 

Y, en esta gran familia, no podían faltar los conserjes. “Se me ha puesto la piel de gallina cuando le han entregado la medalla a Teresa”, ha confesado Amancio Amadoz, conserje de la UNED. “Para bien o para mal, soy la primera persona que recibe a la gente en la puerta”, ha bromeado Amancio, que se encarga de “romper el hielo” con los alumnos y alumnas primerizos que no han pisado nunca las instalaciones de esta universidad. “Al principio, están muy desubicados y les explico qué es esto de la UNED, les enseño los servicios y les presento a los compañeros que les van a asesorar en todo lo que quieran: profesores, tutores, secretarias, biblotecarias, informáticos... Todos ayudamos y hacemos UNED”, ha sacado pecho.