Nunca había obtenido el permiso de conducir pero eso no fue obstáculo para que se pusiera al volante de un vehículo y comenzara a circular por las calles de Leitza. Pero lo hizo de tal forma que al salir del lugar de estacionamiento del vehículo, no se dio cuenta de que por detrás circulaba una mujer en bicicleta y terminó golpeándola con el turismo y tirándola al suelo. El varón fue condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de Pamplona por un delito de lesiones por imprudencia grave a una pena de 2.430 euros de multa y 16 meses de privación del derecho a conducir vehículo y de la posibilidad de obtenerlo. En concepto de responsabilidad civil, deberá indemnizar a la víctima, con la responsabilidad civil directa de la aseguradora del vehículo, a 627 euros por las lesiones de la mujer y a 679 euros por los daños causados. Igualmente fue condenado como autor de un delito contra la seguridad vial por conducir sin permiso a la pena de 50 días de trabajos en beneficio de la comunidad. Dicha condena fue recurrida por el acusado ante la Audiencia Provincial y reclamaba que se le absolviera de los delitos, pero la Sala ha desestimado su apelación. De esta forma, el tribunal admite los hechos probados de la resolución, que ocurrieron el 15 de octubre de 2021 sobre las 16.13 horas. El acusado, como queda dicho, carecía de permiso y, sin observar las mínimas normas de cuidado al volante, se puso a conducir un vehículo. De esta forma salió del estacionamiento hacia la calle Patxi Arrazola de Leitza. Lo hizo marcha atrás y girando hacia la izquierda, sin percatarse de la presencia de una mujer que circulaba correctamente con su bicicleta. La golpeó con la parte trasera del vehículo y la hizo caer al suelo. Como consecuencia de ello, la víctima sufrió un traumatismo craneoencefálico leve, cervicalgia postraumática y policontusiones. Para curar dichas lesiones precisó de distinto tratamiento médico. Así, sufrió 11 días de pérdida de calidad de vida moderada, tuvo daños en la bicicleta (233,85 euros), en las gafas (184 euros), en el casco (76 euros), en la mochila (45 euros) y en el chubasquero (140 euros). Tras atenderla inicialmente, según recoge la resolución judicial, el acusado abandonó el lugar con el vehículo y regresó hasta allí poco después.

El tribunal coincide con el pronunciamiento judicial existente sobre los hechos ya que entiende que los indicios de culpabilidad han quedado plenamente acreditados por las declaraciones de los testigos. Así, pese a que el acusado declaró que no estaba el coche en marcha, sino que estaba parado y él estaba hablando por el móvil, tanto la víctima como su acompañante que también iba en bici, y una testigo, que iba andando y se cruzó con ellos antes del accidente, dieron la versión que estima el juzgado.