Le piden tres años de prisión, una multa de 4.800 euros, inhabilitación absoluta durante siete años y hasta 18.000 euros de indemnización. El acusado es un médico jubilado que ejerció durante más de 30 años en el hospital de Tudela, al que se le acusa de entrar en los datos administrativos que figuraban en la ficha médica de su exnuera, de la que su hijo tuvo un conflictivo divorcio con una hija en común. Hoy, el procesado se ha sentado en el banquillo en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra y ha reconocido que desde el divorcio accedió en tres ocasiones a dicha ficha de manera indebida. "Cuando cesó el matrimonio, no tenía derecho a entrar", ha admitido. Ahora, la Sala tendrá que decidir si dichos accesos constituyen un delito contra la intimidad por revelación de secretos.

Ha justificado que creía que tenía el consentimiento de ella para hacerlo, "pensaba que podía hacerlo", ha dicho, porque anteriormente había hecho consultas similares, y que en estas tres ocasiones lo hizo para recuperar su teléfono porque quería mediar en el divorcio, para hacer una consulta de una visita a pediatría a través del número de la Seguridad Social de la exnuera y la tercera vez para comprobar un resultado de PCR en época covid. "No le facilité a nadie esos datos y no hay ni un solo dato médico en esa ficha", ha argumentado el facultativo, hoy encausado.

VERSIONES OPUESTAS

La víctima de los hechos, que remitió un escrito al Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea para conocer si alguna persona había accedido a sus datos de manera inconsentida y descubrió que había sido su exsuegro, ha declarado en opuesta contradicción al acusado. Ha afirmado que "nunca le permití que entrara en mi historial, tampoco antes del divorcio. Tenía un seguro médico privado, no necesitaba que me hiciera gestiones, me adelantara citas ni que me mirara resultados. Solo acudí al Reina Sofía una vez a Urgencias y durante el proceso de embarazo".

Además, dijo que sospechó de los accesos a su ficha porque su exmarido "conocía todo lo que hacía nada más hacerlo. Si en alguna ocasión había ido a la pediatra con la niña y pensaba avisarle un poco más tarde, él ya sabía de inmediato que había acudido y me estaba preguntando por el tema. Igual me pasaba si iba a Urgencias. Llegó una situación en la que no podía más, estaba agobiadísima porque no quería ni pisar el hospital, iba a saber cualquier prueba que me hiciera. Tuvimos muchos problemas en el divorcio por la custodia y me agobiaba cómo me podía afectar todo esto, era un acoso total. No tenía ninguna libertad en el tema médico para hacer nada y me dio mucho miedo lo que ocurría", ha relatado al tribunal.

El hijo del procesado, y exmarido de la víctima, ha asegurado que nunca conoció dato médico alguno de su exmujer por parte de información que le proporcionara su padre. Además, ha manifestado que las gestiones médicas de su hija las realiza o las consulta a través de la carpeta personal de salud y que de diversos hechos que han salido a colación en la declaración de ella, como el hecho de que se hubiera comprado un piso y que nadie lo supiera, el hombre ha dicho que se enteró porque tiene "unos amigos que viven en el mismo bloque y porque Tudela es un pueblo donde te enteras de todo". También ha recordado que en varias ocasiones, antes del divorcio, su exmujer o él mismo le pedían a su padre que mirara datos a través de la historia clínica. "Era lo normal, era la referencia médica para nosotros", ha señalado, al tiempo que coincidía que su divorcio ha sido muy problemático con varios procedimientos judiciales.