Hace poco más de un año, más de 12.000 personas salieron a la calle en Pamplona para defender los derechos de los cazadores y proteger la libertad de quienes continúan ampliando unas tradiciones milenarias que forman parte del día a día de un mundo rural cada vez más abandonado. A pesar de las adversas condiciones meteorológicas de aquel domingo 2 de abril, esas más de 12.000 personas se enfundaron sus chalecos reflectantes, símbolo de su condición de cazadores, y recorrieron el centro de la capital navarra en una nueva demostración de la fuerza de la marea naranja.

Convocados por la Federación Navarra de Caza (FNC), los actores del sector cinegético llevaron hasta el Monumento a los Fueros unas reivindicaciones que, a día de hoy, todavía siguen figurando entre las tareas pendientes de un Gobierno de Navarra que, tras el cambio en el Departamento de Desarrollo Rural y Bienestar Animal acaecido después del paso por las urnas del 28 de mayo, recibió con buenas palabras y prometedoras intenciones al colectivo de cazadores. El nuevo consejero, José María Aierdi, y su directora general de Medio Ambiente, Ana Bretaña de la Torre, sostuvieron en una cita con la FNC que el diálogo continuo y efectivo marcaría la hoja de ruta de esta legislatura.

Entre los movimientos que iba a acometer el Ejecutivo regional, destacaba el de la aprobación de una nueva ley de caza y el de la modificación de diversos puntos de la Ley Foral de Protección de los Animales de Compañía en Navarra, tanto para adecuarla a la legislación estatal, como para dar respuesta a algunas de las reclamaciones de los cazadores. La identificación y vacunación de los hurones destinados a la caza sería uno de esos cambios, entre los que también podría incluirse la adecuación de la vacunación de los perros a sus prospectos correspondientes.

Los meses pasan y, pese a que no se han producido avances, la FNC mantiene su intención de fomentar un clima de entendimiento con el Gobierno foral, en el que pueda desplegarse un trabajo conjunto muy beneficioso para los cazadores, para el medioambiente y para la sociedad en general. Un ejemplo de ello es la estrecha colaboración que el sector cinegético de la Comunidad foral está teniendo con la Administración en la lucha contra la enfermedad de Aujeszky en los perros de caza, después de los casos detectados recientemente en los valles de Erro y Arce.

Sin embargo, desde el organismo que vela por los derechos de los cazadores en Navarra no se descarta regresar a las calles para volver a defender en ellas que la actividad que el colectivo desarrolla en la naturaleza es esencial y que su labor supone un sostén insustituible en las zonas rurales de Navarra. De hecho, la FNC tiene en cuenta que se ha convertido en una de las federaciones de caza más potentes y relevantes del país gracias, precisamente, a la acción de los cazadores navarros, que siempre han respondido con su apoyo a las iniciativas que la entidad ha emprendido para hacer ver a la clase política que no podía dar la espalda a un sector que genera tantos beneficios para la ciudadanía.

No hay que olvidar que fue en la avenida de Carlos III de Pamplona, junto al Monumento al Encierro, donde nació la marea naranja. Ocurrió en el año 2015, cuando más de 6.500 personas se concentraron para defender el papel que ostentaba y sigue ostentando la caza en la naturaleza y en el medio rural. Allí se pudieron ver los primeros chalecos naranjas, que después se replicaron en las consecutivas protestas del sector en todo el país, como la gran manifestación celebrada el 20 de marzo del 2023 en Madrid, donde unas 800.000 personas exigieron el fin de las políticas anticaza del Gobierno central, reivindicando al mismo tiempo la relevancia de su labor como motor de la economía de los enclaves rurales, en las que fija el empleo y donde aporta enormes beneficios sociales, medioambientales y culturales.

La presión de esa marea naranja y de la acción que lleva a cabo la FNC a través de la elaboración de informes, estudios científicos y reuniones políticas constantes, ha conseguido en los últimos años que salieran adelante diversas exigencias del colectivo. La más importante, sin duda, fue la de junio del 2012, cuando se logró que el Parlamento de Navarra excluyera a los perros y hurones empleados en la caza de la aplicación de la Ley Foral de Protección de los Animales de Compañía en Navarra. Ha habido otras, como apenas dos meses después, cuando la FNC consiguió que el Gobierno foral diera marcha atrás en su propósito de prohibir el plomo en los humedales. O la más reciente, de octubre del pasado año, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Navarra anuló el artículo de la Orden Foral de Caza que restringía el uso de armas por cazadores menores de edad, después del recurso presentado por la FNC.

El presidente del organismo, José Ángel Remírez, es plenamente consciente de que estos pasos hacia delante se han podido dar gracias al pleno sustento del colectivo de cazadores navarros. Por ello, les ha agradecido siempre su participación en las movilizaciones y su respaldo a las campañas organizadas por la institución. En el 2023, sin ir más lejos, remitió una carta a todas las personas federadas para felicitarlas por “defender nuestras tradiciones, nuestro modo de vida, nuestra pasión por la naturaleza, nuestro respeto a los animales, nuestra defensa a ultranza del mundo rural y sus habitantes”. “En definitiva –sentenció–, por defender nuestra libertad”.

En palabras de Remírez, en estas manifestaciones se ha ido dejando claro al estamento político que “la caza no puede ser agraviada como si se tratase de una actividad sin importancia y desarrollada por un pequeño grupo de individuos que nunca se defienden de los ataques”. En este sentido, asegura que “ni somos pocos, ni nos quedaremos callados ante las injusticias y las presiones de quienes no han pisado el monte más que para hacerse una fotografía en la excursión del domingo”.

Tras la marcha del 2 de abril del 2023, el presidente de la FNC recordó al sector cinegético un mensaje que continúa de plena vigencia en la actualidad: “Tened siempre presente que la Federación Navarra de Caza velará siempre por vuestros derechos con todo nuestro esfuerzo y dedicación, ya haya que exponer en el Parlamento la realidad que vivimos a diario en el medioambiente, presentar las problemáticas negro sobre blanco en profusos estudios científicos, o gritar los eslóganes a favor de la caza con fervor bajo la lluvia”.

Reclamaciones

Normativas animalistas. Para la FNC, son un atentado directo contra la caza y el mundo rural, por lo que pide su modificación.

Mascotas. Los perros y hurones de caza no son meras mascotas, y esa definición minusvalora la función que realizan en la naturaleza. Gracias a su contribución, la caza es la herramienta más eficaz y sostenible para controlar las poblaciones de las especies cinegéticas.

Actividad esencial. El objetivo de los cazadores es que tanto la legislación como la educación consideren la caza como una actividad esencial para la sociedad.

Responsabilidades de los daños. Se reclama la urgente revisión del sistema por el que las responsabilidades de los daños ocasionados en la agricultura por los animales recaen en los únicos que trabajan diariamente para reducirlos.