Un edificio situado en el centro de Pamplona era desalojado hace unas semanas después de una reyerta y un incendio en su interior protagonizados por personas que lo ocupaban. Otro inmueble situado en el centro de Tudela tenía que ser precintado a mediados de diciembre, y la pareja que vivía en él igualmente desalojada, después de que se produjese un derrumbe parcial. Un joven, en la misma capital ribera, murió en julio al registrarse un incendio en otro edificio ocupado.

Son ejemplos de ocupaciones registradas en Navarra este mismo año, que han tenido desenlaces trágicos, o que han rozado la tragedia, que evidencian la problemática de la vivienda y la realidad a la que deben enfrentarse decenas de personas que recurren a inmuebles vacíos y sin las condiciones mínimas de habitabilidad como forma de salir adelante, incluso siendo conscientes de que son conductas delictivas.

La Policía Foral y la Guardia Civil han recibido casi 400 denuncias en los últimos cinco años por usurpaciones de inmuebles en la Comunidad Foral: 75 denuncias en 2018; 100 en 2019; 86 en 2020; 83 en 2021; y 50 en 2022, para sumar un total de 394 denuncias en el último lustro.

Colectivos vulnerables

La mayoría de las ocupaciones detectadas se producen en entornos rurales agrícolas y son llevadas a cabo por personas pertenecientes a colectivos económicamente precarios o vulnerables. “Es frecuente la ocupación por personas de ascendencia extranjera, agrupados entre conocidos y/o familias. En la mayoría de los casos no se presenta denuncia dado que los inmuebles son de bancos o los propietarios son desconocidos y hacen dejación de su guarda y custodia”.

En este sentido, la Policía Foral y la Guardia Civil no han detectado la implicación de grupos de delincuencia organizada, mientras que la tipología de inmuebles ocupados es variada, ya que las denuncias recogidas en los últimos cinco años contemplan hechos que han sucedido en viviendas, chalets o casas de campo, que son vigilados de forma previa a la usurpación efectiva por parte de los ocupantes para comprobar que se trata de inmuebles no habitados de forma regular. 

Diferencias geográficas

No obstante, esta problemática muestra “notables diferencias” entre la zona norte y la zona sur, según revelan las denuncias. “En la zona norte la casuística es prácticamente inexistente debido a que los núcleos urbanos tienen un bajo índice de población. Son su mayoría zonas rurales y se trata de comunidades muy cerradas, por lo que estas tipologías delictivas son de difícil comisión en esas zonas”, indican desde la Guardia Civil.

En cuanto a la zona sur de Navarra, las localidades con mayor incidencia de ocupación también son rurales donde “el sector económico predominante es el agrario, con una alta presencia de población extranjera y otros colectivos con una situación económica precaria, lo que unido al éxodo rural y al envejecimiento de la población local, produce un incremento de los inmuebles vacíos”. 

Sin permanencia

Desde ambos Cuerpos policiales aclaran que las ocupaciones ocasionales o esporádicas de inmuebles que no constituyan morada permanente o estacional, sin vocación de permanencia o de escasa intensidad, son ajenas al ámbito de aplicación del tipo delictivo (por ejemplo, jóvenes que se introducen en un edificio deshabitado o en ruinas para pasar la tarde, en quienes claramente no se observa una voluntad de permanencia.)

En estos casos, a priori sería de aplicación lo dispuesto en el artículo 37.7 de la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la Seguridad Ciudadana, que tipifica como infracción administrativa de carácter leve “la ocupación de cualquier inmueble, vivienda o edificio ajenos, o la permanencia en ellos, en ambos casos contra la voluntad de su propietario, arrendatario o titular de otro derecho sobre el mismo, cuando no sean constitutivas de infracción penal”.

  • La mayoría, pisos. El análisis de la Policía Foral sobre las 215 denuncias que ha cursado este Cuerpo en los últimos cinco años revela que la mayoría de los inmuebles ocupados son pisos (76), por delante de chalet (50), casas de campo (13) y naves (11).
  • Tudela, a la cabeza. Tudela es la localidad donde más hechos se producen (66), por delante de Pamplona (23) y Estella-Lizarra (16), según el mismo estudio.
  • Por fractura de bombín. En los casos en los que se conoce el método de acceso a los inmuebles, el más frecuente es la fractura de bombín (17), seguido por la fractura de puerta (11) y la inutilización de una alarma (10).