La acusación particular que ejerce la familia de Sara Pina Yeregui reclamará hasta 25 años de prisión por un delito de asesinato para el que fuera su marido y asesino confeso, José María Uruñuela Ansó, que acuchilló mortalmente a la joven profesora navarra en enero de 2022 mientras ella dormía.

La acusación particular solicita para el acusado dicho delito al entender que actuó con alevosía y ensañamiento y pide aplicarle la agravante de parentesco (dada la relación conyugal) y de género. En el caso del escrito del Gobierno de Navarra, que ejerce la acusación popular, su petición es de 23 años de cárcel para el procesado al no contemplar la última agravante de género, pero sí el resto.

Además, se solicita libertad vigilada durante un plazo de 10 años con posterioridad al cumplimiento de la pena privativa de libertad. El asunto se juzgará por tribunal de jurado popular en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra después de que la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 y del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Tudela terminara la investigación del caso. 

Conviene recordar que el acusado se encuentra en prisión provisional, comunicada y sin fianza, después de que fuera detenido en un área de servicio de Boisredon (Francia), a 475 kilómetros de Tudela, a los tres días de haber cometido el asesinato en el piso en el que convivían. Se tuvo que dictar una orden de detención europea para apresarle, lo que fue posible gracias al sistema de geolocalización que portaba en el vehículo de renting que conducía y que alertó de su posicionamiento al transitar por una carretera gala.

AUTOINCULPACIÓN EN SEDE JUDICIAL Y HUIDA A FRANCIA

En la declaración en el juzgado, el acusado ya reconoció el crimen. De forma expresa, admitió que apuñaló a su mujer “mientras dormía”. Además, aportó dos cartas manuscritas en las que pide perdón a la familia de la víctima, a su propia familia y a la juez por los hechos cometidos. Posteriormente ha enviado varias cartas desde prisión a distintas personas. Las acusaciones sostienen tal y como el propio Uruñuela reconoció en sede judicial que este mató a su mujer con varias cuchilladas mientras dormía. Él alegó que había consumido drogas (aunque se desconoce si dicho consumo se produjo antes o después del crimen, había restos de cocaína en una mesa) y que después se marchó de casa.

El crimen de Sara Pina, de 38 años, se descubrió después de que la madre de la víctima denunciara que no había podido ponerse en contacto con ella ni con su marido en todo el fin de semana del 8 y 9 de enero de 2022. Además, ninguno de ellos acudió a su puesto de trabajo el lunes 10 de enero. Por ello, los agentes se dirigieron a la vivienda que compartían y una habitación distinta a la principal encontraron el cadáver de la mujer en una cama. El mismo presentaba signos violentos con heridas de arma blanca. A su lado, a la altura de su muñeca izquierda se hallaba un cuchillo con sangre. El acusado había dejado su móvil en casa para no ser localizado.