Vayan por delante de estas letras tres aclaraciones: la primera, que soy un ácrata convencido, que no anarquista. La segunda, que soy periodista independiente, que no independentista. La tercera es que las otras dos primeras les deberían importar a ustedes un rábano. Porque asumir que es natural justificarse antes comenzar un argumento es síntoma de un ámbito intelectual rancio y viciado. Pero es así. Navarra es una tierra donde las identidades y las frustraciones personales muy a menudo anteceden a las razones. Aquí, un caso.

Anoche emitieron en la tele un documental que llevaba semanas deseando ver. Se estrenó en el segundo canal de la radio televisión pública vasca-Euskal Telebista. Es una pieza titulada Refugiados, camino a ninguna parte que durante semanas y meses han elaborado con extremo cariño y rigor la periodista Ane Irazabal y otras compañeras. Un relato sobre las fronteras europeas, la solidaridad y las personas que huyen y buscan refugio. Pueden echar un ojo al tráiler que está colgado en la web de EiTB. Es una muestra de un servicio de informativos público que, a pesar de los recortes y diversos avatares, apuesta por desplazar corresponsales a diferentes lugares del mundo e invierte esfuerzos en narrar lo que ocurre más allá de las noticias de agencia para dar voz propia a ese relato global de forma cercana. Tener más visiones -y dispares- de un mismo mundo, nos ayuda a entenderlo mejor. Y a vivir en una sociedad más justa y plural. Como periodista y como ciudadano esto me reconforta.

Pero no pude ver ese documental. No me dejaron. Al final del día, caí en la cuenta de que EiTB en Iruñea-Pamplona es ahora un manchurrón negro. Dejó de emitir este pasado jueves en Navarra en estricto acatamiento de la orden del Ministerio de Industria que le obliga a ello.

La principal razón es el expediente sancionador que el Ministerio ha abierto a raíz de varias denuncias. Una de las quejas fue presentada por Unión del Pueblo Navarro y otras dos, según informaron, por unos proveedores de servicios de televisión. Pero hay que recordar que fue el propio Gobierno de Navarra de la anterior legislatura, presidido por Yolanda Barcina, el pionero en denunciar las emisiones de ETB en Navarra.

El meollo comenzó en 2009 con el apagón analógico. Entonces el lehendakari Patxi López no llegó a un acuerdo con Miguel Sanz para la emisión en digital. Después en 2012, EA instaló sus propias antenas piratas en El Perdón. La presidenta Barcina lo denunció y el Ministerio actuó de oficio clausurándolas. En 2013, la directora de EiTB, Maite Iturbe digitalizó la señal en Navarra de forma transitoria e “ilegal”. La presidenta Yolanda Barcina de nuevo denunció este hecho y aseguró que vulneraba el espíritu de “respeto institucional”. Y así hasta que llegó el nuevo gobierno de la presidenta Uxue Barkos y lo “apañó”.

No me agarraré una pataleta por no ver un documental. Pero lo de anoche se solapa con otro hecho que viví hace tan solo unas semanas: a finales de marzo estaba yo pasando noche por Alcanadre, un pueblico riojano en la muga de Navarra, desde el que además de verse asomar las casas de Lodosa desde el otro lado del Ebro, también se ve la ETB.

Lo sé porque en el bar La Unión -si pasan por allí pídanle a Asun que les prepare un bocata de la casa- estuve viendo junto a otros parroquianos el teleberri y la previsión del tiempo. Sí, la del mapa euskalerriaco. Allí la sintonizan todas las noches, salvo el día anterior que había jugado España contra Rumanía y coincidía en horarios. Habían visto el partido de fútbol en ese mismo bar. Y además en un animado ambiente: un puñado de rumanos trabaja allí en la campaña del espárrago. Total naturalidad. Por eso, por curiosidad, me pregunté cuán de dificultoso técnica y socialmente habrá sido para La Rioja conseguir esos acuerdos tan complejos sin vulnerar sensibilidades, lealtades institucionales y las leyes de la Física.

Reviso hemeroteca. En 2010, al filo del apagón analógico, en el Parlamento de La Rioja el debate y el enzarzamiento entre PSOE y PP por la captación de la ETB en su comunidad era bastante diferente al nuestro: ambos partidos rivalizaban por garantizar a los riojanos las emisiones de la tele vasca. Alardeando de sus méritos y llegando los parlamentarios del PP a llamar “ignorantes” a los socialistas por dudar de que se pudiese captar la Euskal Telebista. El criterio tecnológico era bastante más sencillo a priori de cómo nos lo han pintado aquí. Según un comunicado del PP de aquella época: “Como saben todos los riojanos, excepto, por lo visto, el señor Martínez Aldama (líder socialista), los canales de la ETB se ven con la TDT y, por lo tanto, sólo es necesaria la instalación del aparato y la antenización”.

¡Solo es necesaria la instalación del aparato! Así, según el Partido Popular -partido del gobierno en funciones actual, gestor del Ministerio de Industria y socio de Unión del Pueblo Navarro- para captar la ETB solo es necesario encender el televisor.

ACUERDOS EN LA RIOJA Solicitar la captación del canal vasco en TDT llegó la parlamento riojano de la mano de la preocupación expresa de numerosos municipios en la primavera de 2009. La transición de analógico a TDT concluía el 3 de abril de aquel año en toda España y a las autonomías se les ofreció capacidad para cuatro canales, en la primera fase. Y más tarde, hubo un segundo multiplex digital para otros cuatro canales más. Suficiente para captar Televisión Rioja (TVR) y Popular TV Rioja, más todos los canales vascos. Ahora también captan en Alcanadre, los dos canales de Navarra Televisión. Incluido el de las eternas reemisiones en bucle. Quizás pronto se animen con Nafar Telebista.

Pero los riojanos no son los únicos. En 2010 hubo multitud de protestas en Cantabria, que carecen de canal de tele autonómico, por el miedo a perder la señal de la ETB. Vale, el acicate principal eran los partidos de Champions League que acababa de comprar la FORTA, la federación de radios y televisiones autonómicas. Pero entonces, llegó el apagón digital y se mantuvo la señal. Dos años más tarde, en 2012, un cambio en la recepción de las antenas dejó a los cántabros un mes sin la tele vasca. ¡Un mes! La pérdida de la señal causó un gran número de quejas y protestas entre los vecinos. Fue el ayuntamiento de Laredo el pionero al enmendar el asunto. “A pesar de que no se trata de una competencia municipal, la Administración local se ha puesto en contacto con la televisión pública vasca y con el Gobierno de Cantabria, con el fin de buscar una solución”, dijeron desde el consistorio. En 30 días el Ayuntamiento de Laredo llegaba a un acuerdo con Euskal Telebista para poder captar la señal en TDT. Y tranquilizaban a sus vecinos explicando que seguirían haciendo lo que han hecho durante más de veinte años: prestar un repetidor municipal para garantizar una señal a pesar de proceder de otra autonomía.

EL MALDITO MUTIPLEX Hay otro aparato, al aparecer, el mutiplex, que es aquí el de la discordia. Técnicamente es la esencia de la Televisión Digital Terrestre, permite la combinación de dos o más canales de alta calidad de información en un solo medio de transmisión. Y eso lo gestiona el Ministerio. Pero como imaginarán, lejos de ser un impedimento, lo que permite es captar multitud de información. Así que racionalizar y cuartear la emisión de canales y restringirla cuando las posibilidades técnicas en realidad lo que permiten es todo lo contrario, ampliarla, a mi me da lástima. Me provoca asfixia.

Mientras, en mi televisor anidan al menos tres canales de tarotistas, una emisión de pruebas de un canal de póker y otro de turbias telellamadas. Me sobran cerca de 80 canales libres y en blanco. Y de los otros 20 sintonizados, gran parte están repetidos o son auténtica morralla y ruido. Por eso, desde estas líneas quiero pedir que llegue al Parlamento y al gobierno esta propuesta: algunos no solo deseamos poder sintonizar los canales de la tele pública vasca, sino también todos los canales de France TV que sean posibles y por qué no, AragónTV. O cualquier otro: France 1, TV5 Monde, ARTE y Euronews. Es rocambolesco que hace 30 años tuviésemos más capacidad para captar cualquiera de estos canales transfronterizos y burlar las mugas, aun cuando había aduanas. De Valcarlos a Cortes podemos ver también la tele pública y gratuita que sintonizan nuestros vecinos de Arnegi o de Mallén. También en Pamplona.

Esta tecnología debería liberar más fronteras mentales y geográficas y no levantar más muros. El Partido Popular riojano está también muy en esta línea de pensamiento. En 2010 continuaban en su bronca con los socialistas en este tono: “Este señor debería ponerse al día sobre las nuevas tecnologías y afrontar de una vez que estamos en el siglo XXI”.

Pero como he explicado, quizá es mi problema: soy un gran promotor de la acracia. Estoy convencido de que no nos merecemos un orden social, ni legal ni político que se base en la coerción: en el castigo, en las sanciones y en la denuncia. Deberíamos ser más respetuosos y establecer normas de convivencia mediante acuerdos voluntarios. Por eso creo que habitualmente hay más verdad y concordia en la reunión de parroquianos del bar La Unión de Alcanadre, que en otras uniones y reuniones de navarros. Luego, pueden ustedes discutir si quieren sobre la difusión del euskera en la tele, los partidos de pelota y las películas de vaqueros. Pero el problema está en el aparato y la unión.