PAMPLONA - El expelotari Mikel Goñi Martikorena ingresó el miércoles en el centro penitenciario de Pamplona para cumplir la condena de 8 años y 3 meses de prisión que le ha sido impuesta por retener, extorsionar y agredir en 2014 a dos hombres a los que acusaba de robar unas plantas de marihuana de una vivienda que había alquilado. El encarcelamiento del baztandarra, de 41 años de edad, se produce después de que la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Navarra haya confirmado la pena a la que fue condenado en septiembre del año pasado por el Juzgado de lo Penal número 3 de Pamplona en una resolución que es firme.

El mismo tribunal que enjuició a La Manada por la agresión sexual a un joven en los Sanfermines de 2016 ha desestimado los recursos de la defensa del expelotari y de otro acusado, J.M.M.B., con el que cometió los hechos y que igualmente deberá cumplir 8 años y 3 meses de cárcel por dos delitos de detención ilegal (2 años y un mes por cada uno), un delito de amenazas condicionales (2 años y un mes) y un delito de lesiones con instrumento peligroso (dos años).

Según los hechos declarados probados por la titular del Juzgado de o Penal número 3 y que han sido ratificados por los magistrados Francisco José Cobo (presidente), Ricardo González y Raquel Fernandino, Mikel Goñi alquiló en septiembre de 2014 una vivienda en Anocíbar-Valle de Odieta a su propietario y el 30 de noviembre de ese mismo año, los dos acusados y una tercera persona no identificada acudieron al domicilio de un vecino de Eugi y le acusaron de haber robado, junto con el propietario de la vivienda alquilada y un tercero, una plantación de marihuana del domicilio que había arrendado el expelotari.

Cuando la citada persona acudió al domicilio, los acusados “le golpearon, procedieron a atarle las manos con una cuerda a la espalda y, en contra de su voluntad, lo subieron a un vehículo y trasladaron durante 30 minutos a un descampado cercano al río en Elizondo”, donde “le retuvieron mientras hablaban por teléfono dejándole después de un tiempo allí”. La víctima sufrió inflamación del lado izquierdo de la cara y una herida incisa en la cabeza como consecuencia de los golpes.

Con la excusa de comprobar los daños causados en un cristal de la vivienda, prosigue la sentencia, Goñi pidió a su propietario que acudiera a la ella a las 22.00 horas del 1 de diciembre de 2014. “Cuando llegó, los acusados y la tercera persona no identificada, todos ellos con ánimo de lucro y actuando de común acuerdo, le exigieron la entrega de 10.000 euros”, mientras le amenazaban con frases como “te voy a matar, hijo de puta, me cago en tus muertos, o me traes mañana a las 12 horas los 10.000 euros o tú, tu familia y amistades corréis peligro; venga hijo de puta, ya puedes traer los 10.000 euros a las 12 horas o mañana te mando a los de Irun, que esos te van a cortar la pierna”.

LE CLAVÓ UN DESTORNILLADOR Para conseguir “amedrentarlo y que entregara el dinero, Mikel Goñi le clavó un destornillador por debajo de la uña del dedo índice derecho y le realizó un corte con el filo de una navaja en el dorso de la mano izquierda, mientras el otro acusado observaba, evitando con su presencia que la víctima pudiera escapar”, indica la sentencia, que añade que estos hechos se prolongaron hasta las 3 horas del 2 de diciembre, “tiempo que los acusados le retuvieron contra su voluntad en el interior de la vivienda”. Durante la mañana de ese mismo día el propietario de la vivienda entregó los 10.000 euros a uno de los acusados.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió lesiones consistentes en hematoma subungueal circular de 0,5 centímetros en un dedo de la mano derecha y herida en dorso mano izquierda, que requirió tratamiento médico para su curación y que tardaron 12 días en curar y le dejaron como secuela una cicatriz de 2 centímetros de longitud en dorso de mano izquierda.

Además de los 8 años y 3 meses de cárcel decretados, los acusados han sido condenados en firme a indemnizar conjunta y solidariamente a la segunda de las víctimas en la cantidad de 10.000 euros por la cantidad obtenida, en 420 euros por la lesiones causadas y en 900 euros por las secuelas sufridas conforme al informe forense.