- Durante el confinamiento que comenzó en marzo los servicios de urgencias vieron como las atenciones disminuyeron debido al temor de la sociedad a la hora de salir de casa y adentrarse en un hospital por poder pensar que estos eran lugares donde la covid-19 estaba más presente. Sin embargo, las atenciones no demorables hicieron que el porcentaje de ingresos fuera mayor. Por su parte, profesionales del servicio de Urgencias de Pediatría del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN) han percibido un aumento en las atenciones de menores por somatizaciones -niños que consultan por cefaleas, dolores abdominales y torácicos, palpitaciones, cuadros de ansiedad, depresión, trastornos de conducta alimentaria...-, así como el número de consultas urgentes realizadas en Psiquiatría. No obstante, al comparar con el mismo periodo de 2019, las cifras de atenciones son similares.

Y es que, además de las dolencias físicas, los problemas de salud mental también se han visto alterados con la irrupción de la pandemia que ha cambiado las rutinas de todos, especialmente de los más pequeños y la tercera edad. Así, Nuria Clerigué, jefa de Urgencias Pediátricas del CHN, destacó que un porcentaje considerable de los niños atendidos en Psiquiatría durante este periodo tenían trastornos anteriores al confinamiento y habían sido valorados en centros de Salud Mental. En ocasiones, apuntó Clerigué, este grupo de pacientes han llegado a requerir intervenciones relevantes, incluidos el ingreso por trastornos asociados a la conducta alimentaria o por gestos autolíticos.

En este sentido, las restricciones covid están afectando a quienes ya padecían patologías previas "de forma problemática, porque alterar rutinas y controles de seguimiento generan inseguridad y nerviosismo. Justo lo contrario de lo que necesitan", explicó Raimon Pèlach Pániker, pediatra de Atención Primaria jubilado.

Las afecciones dependen, en primer lugar, del carácter del propio niño o adolescente, "teniendo en cuenta que los rasgos personales se van definiendo a lo largo de la infancia. Asimismo, influye el entorno en que vive el menor, que es "importantísimo en su desarrollo personal. Veremos alteraciones del carácter manifestadas en forma de enfado, tristeza y decepción, más que afecciones en el sentido de enfermedad porque los niños y adolescentes tienen una facilidad de adaptarse mayor", añadió Pèlach.

En la misma línea, también se ha dado un incremento en los casos de obesidad y problemas relacionados con la salud física. Sin embargo "esto no es algo nuevo", ante lo que el pediatra emérito señaló a la importancia de la prevención siguiendo "una dieta equilibrada y haciendo ejercicio físico". Este es unos problemas que los profesionales de la Pediatría ya han venido denunciando. Así, Pèlach pidió a los gobiernos y a las autoridades sanitarias "más compromiso con la protección de la infancia. Si queremos una sociedad más saludable empecemos por dar la importancia que merecen a los más pequeños, que son el futuro", valoró.

Las restricciones y el confinamiento también están afectando y mucho a la tercera edad, especialmente al grupo de mayores de 80 años, a quien la covid ha golpeado fuerte, también emocionalmente hablando. Manuel Martín Carrasco, director médico de los Centros de Hermanas Hospitalarias en Navarra y vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, señaló asimismo el papel que están jugando el duelo, la soledad, el miedo al contagio, o la incertidumbre por la situación económica y social.

En consecuencia, Martín apuntó que "están apareciendo sobre todo síntomas de tipo afectivo, tales como depresivos o ansiosos. También aumentan las alteraciones psicosomáticas como, por ejemplo, el sueño".

Mientras al comienzo de la pandemia predominaban las consecuencias "del estrés agudo, como son las de tipo ansioso", ahora el psiquiatra advirtió de que van apareciendo "más cansancio y desesperanza. Es una situación de estrés crónico y los síntomas van cambiando hacia el espectro de lo depresivo", apuntó.

Otra de los efectos más visibles es el agravamiento de la soledad no deseada, un problema muy extendido en este sector de la sociedad al que ahora mismo difícilmente se le puede poner solución con el distanciamiento social para atajar los contagios. "No se puede condenar a una soledad absoluta. Hay que promover vías de contacto alternativas -por teléfono, videollamadas, etc- y hay que mantener cierto nivel de contacto personal pese a todo. Todos los días tenemos que hablar personalmente con una persona, por lo menos", propuso Martín.

"Para tener una sociedad más saludable hay que dar mayor importancia a los más pequeños"

Pediatra emérito de Atención Primaria

"Hemos percibido un mayor número de consultas urgentes de Psiquiatría en niños"

Jefa de Urgencias Pediátricas del CHN

"Vivimos una situación de estrés crónico y los síntomas se mueven en el espectro de lo depresivo"

Director médico de Hermanas Hospitalarias