La Casa Rural El Torreón de la Bruna se encuentra ubicada en Grez, muy cerca de Lumbier. El establecimiento, regentado por Elena Iriarte y su familia desde 2014, cuenta con ocho habitaciones, una parcela de 1.000 metros cuadrados y una torre que da lugar al edificio. "Era una torre vigía del Señorío de Grez, con una azotea con vistas a Urraúl Bajo y Urraúl Alto, la Sierra de Leyre y la Peña Izaga", explica Iriarte.

Iriarte cuanta que han estado parados hasta el 9 de mayo, debido a que normalmente la alquilan grandes grupos de gente proveniente de otras comunidades y esto no era posible debido a las medidas del estado de alarma. "Al ser una casa tan grande y no poder reunirse la gente, no había casi actividad. Pero no hemos cerrado y tampoco hemos perdido el tiempo, ya que hemos hecho algunas mejoras estéticas, un lavado de imagen", relata.

Estas últimas semanas, cuenta que ya han reservado agosto al 80 por ciento. "Julio lo tenemos de momento al 30% y en junio solo una reserva, pero a partir de ahora, que se acerca el verano, la gente comenzará a reservar fechas", añade.

"Hasta que no se ha levantado el estado de alarma la actividad no se había movido nada, no había reservas. La gente había preguntado, pero muy poquito, simplemente para informarse", detalla.

Sus próximos usuarios, detalla, será gente proveniente de todas las comunidades, a parte de Navarra, algunas como Madrid, Barcelona, Valencia. Pero apunta que normalmente la mayor demanda procede de comunidades limítrofes, como País Vasco, La Rioja y Aragón. "Aunque se notan los ánimos por viajar, muchos están un poco inseguros y se preguntan cuestiones como qué pasará con la fianza si volvemos a los cierres de movilidad", aclara.

Otro de los hábitos que han cambiado debido a la pandemia, es que ahora las llamadas para reservar se realizan "a dos semanas vista, cuando antes eran dos meses con antelación", destaca.

El perfil de los usuarios de El Torreón de la Bruna, tanto el verano pasado como este que se avecina, también ha variado algo respecto a años anteriores. Estos seis años que Iriarte y su familia han estado trabajando en la casa rural, sostiene que han registrado como usuarios principalmente a grupos de familias con hijos. "Este tipo de cliente es el más común, y reservan para semanas enteras, pero a raíz de la pandemia han empezado a alquilar mucho la casa los finde de semana sobre todo cuadrillas de jóvenes de la Comunidad Foral. Ahora por ejemplo, en vez de viajar a destinos más típicos como Salou, por ejemplo para celebrar que han terminado el instituto, han decidido quedarse en Navarra", afirma.