Al menos catorce personas han muerto -seis en Turquía, dos en Grecia- y más de 419 han resultado heridas como consecuencia de un terremoto de magnitud preliminar 6,6 que ha provocado este viernes el colapso de edificios en la ciudad turca de Esmirna, en la región del Egeo y sacudido varias islas del sureste de Grecia, según los últimos balances de las autoridades de ambos países.

El seísmo, registrado en torno a las 13.51 horas, ha derrumbado hasta el momento al menos una veintena de edificios en los distritos de Bornova y Bayrakli, según ha podido confirmar el alcalde de Esmirna, Tunç Soyer, al diario turco 'Haber'.

El ministro del Interior, Suleyman Soylu, ha informado por su parte de daños menores en las provincias circundantes, incluidas Usak, Denizli, Manisa, Balikesir, Aydin y Mugla, según un comunicado recogido por el diario 'Hurriyet'.

Asimismo, el temblor ha generado un tsunami que ha afectado al interior de las costas de ambos países, como han podido registrar los propios residentes en las imágenes que circulan por las redes sociales.

Según la Autoridad para la Gestión de Emergencias y Desastres (AFAD), el epicentro se ha registrado a unos 17 kilómetros de la costa de Esmirna, y a una profundidad de 16,5 kilómetros. Después del terremoto, se han registrado hasta 33 réplicas, 13 de las cuales han rebasado la magnitud 4, según la organización.

De momento se tiene constancia de 70 supervivientes en Turquía, entre ellos tres adolescentes, que han sido extraídos con vida de los escombros, según ha confirmado el ministro de Sanidad, Fahrettin Koca. Los supervivientes han sido trasladados al hospital, con pronóstico reservado.

El temblor se ha percibido además en Estambul, así como en Grecia, especialmente en la isla de Creta, sin que de momento se tenga constancia de daños en estas zonas.

En su primera reacción al suceso, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha comunicado el total apoyo del Gobierno del país a los ciudadanos afectados por el seísmo. "Se han movilizado todas nuestras instituciones y ministerios", ha hecho saber en su cuenta de Twitter.

Turquía se encuentra en una de las zonas con mayor actividad sísmica del mundo, entre ellas una de las, potencialmente, más devastadoras del hemisferio, la de Anatolia del Norte (NAF), punto de encuentro de las placas tectónicas de Anatolia y Eurasia.

El país ha sufrido terremotos devastadores en el pasado, incluido el terremoto de magnitud 7,4 en Gölcük en 1999, que mató a más de 17.000 personas. El último gran seísmo fue el ocurrido en enero en el este del país, en las provincias de Elazig y Malatya, que dejó 41 muertos y más de 1.600 heridos.