Gabriel, compañero. Dos ideas acuden a mí al dedicarte, in memoriam, un espacio para recordarte. Son pensamientos que han sido constantes en tu vida: Uno es que a una sociedad se le ha de juzgar por su capacidad de permitir una vida decente a sus miembros más débiles y el otro, que la función de los intelectuales debe ser la de servir al pueblo; son ideas tomadas del sociólogo Zygmunt Bauman y, en ocasiones, comentadas contigo.

Has dedicado gran parte de tu vida al análisis y reflexión sincera de lo social, a esa parte donde hay más dolor en la sociedad: sectores de población de todas las edades que viven marginados en su entorno, sin poder desarrollar una vida digna como los demás. Has promovido acciones y políticas sociales orientadas a cubrir las necesidades básicas de quienes viven en desamparo y sin la protección social adecuada. En la Administración Foral tu quehacer ha estado en las áreas de actividad de los servicios sociales, lo sociosanitario y la salud pública preventiva, promocional y comunitaria.

En tu forma de trabajo destaco la rigurosidad y respeto por el método. Cuántas veces, con nuestra amiga Conchita Corera, comentábamos admiradas tu sensibilidad ante los datos. En el análisis de éstos en cada investigación, no tolerabas ni una décima de diferencia en los resultados sin la justificación adecuada por temor a perder la información más acertada con la realidad. ¡Celebro tu empeño y dedicación al trabajo mucho más allá de tu obligación laboral!

Quiero destacar, para recordar y retener, ciertos valores que has defendido en tu trabajo y hemos aprendido contigo, como principios básicos para la política social:

La perspectiva preventiva ha sido tu fuerte, iniciando líneas de intervención social en protección de menores y adolescentes en riesgo con situaciones de predelincuencia, y defendido equipos de intervención integral tanto en la atención primaria de servicios sociales y la prevención de la marginación social como para la atención sociosanitaria.

La profesionalización del personal, y sus condiciones dignas de trabajo, profundizando en los sistemas de información al inicio de la informatización, la formación continuada y el desarrollo tecnológico con las herramientas de trabajo propias y compartidas. Especialmente, en todo ello, has acompañado a las profesionales de Trabajo Social y de Educación Social.

La implicación real de las Administraciones Públicas en los Servicios Sociales. ¡Por unos servicios de carácter público tan esencial en la atención a personas vulnerables! Tu disertación, al recoger el premio Sociedad y Valores Humanos, la dedicaste a defender el funcionariado y la fortaleza de los servicios públicos: «Condicionar la atención a un problema de dependencia o de una enfermedad grave al beneficio y a la rentabilidad empresarial me resulta penoso», decías.

Aunque a veces la realidad nos deprima porque el mundo parece que no cambie a bien, sabemos que nuestro esfuerzo en ello no se pierde, que la vida de Zygmunt Bauman y tu vida, Gabriel, han mejorado el mundo.

Ha sido un buen paseo profesional ¡Gracias por tu existencia!