Londres - La primera ministra británica, Theresa May, cedió ayer a las presiones del ala conservadora más europeísta al aceptar que el Parlamento tenga, como última opción, la posibilidad de votar un retraso de la fecha prevista para el brexit, el próximo 29 de marzo. La jefa del Gobierno compareció ante la Cámara de los Comunes para informar del estado de sus negociaciones con Bruselas, destinadas a hacer algunas modificaciones sobre el acuerdo ya negociado, a fin de que pueda superar en Londres el trámite parlamentario.

En su declaración, May ofreció tres alternativas para desenredar el brexit, después de que los Comunes rechazasen el pasado 15 de enero -por 202 votos a favor y 432 en contra- el documento consensuado entre Londres y Bruselas. La premier se comprometió a presentar un acuerdo retocado, como muy tarde, el próximo 12 de marzo, como ya lo había adelantado el pasado fin de semana.

Pero, si no hay consenso en la cámara baja a favor de ese pacto, los Comunes podrán votar, como muy tarde el 13 de marzo, sobre si quieren una retirada de la UE sin acuerdo. En caso de que esa segunda opción tampoco prosperara, la cámara podrá decidir -el 14 de marzo- si retrasa el brexit más allá de la fecha fijada del 29 de marzo, lo que implicará pedir una ampliación del vigor del Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un plazo de dos años para negociar los términos de la salida de la Unión Europea.

Para postergar la separación, el Parlamento de Westminster tendrá que aprobar antes la legislación correspondiente, ya que actualmente está en vigor una ley que fija la salida del Reino Unido del bloque europeo el 29 de marzo de 2019.

la oposición, muy crítica La primera ministra, muy presionada dentro y fuera de su partido, ofreció estas tres opciones cuando faltan menos de cinco semanas para el brexit, y después de que varios diputados proeuropeos advirtiesen de que podían dimitir si May no se comprometía a impedir una salida no negociada. En su comparecencia, May avisó de que, si se llegara a la tercera opción, sería un retraso “corto y limitado” del brexit. “Dejadme ser clara, no quiero ver una extensión del Artículo 50. Debemos concentrarnos totalmente en trabajar para conseguir un acuerdo y marcharnos el 29 de marzo”, aseguró.

Desde la oposición, el líder laborista, Jeremy Corbyn, acusó a May de dejar “correr el reloj” y de negociar con la UE de manera “imprudente”. Le reprochó, además, “prometer algo que sabe que no puede alcanzar”, en alusión a la supuesta renegociación del acuerdo con Bruselas. “Es la obstinación de la primera ministra lo que está bloqueando una solución”, manifestó el político izquierdista.

El mismo Corbyn también ha tenido que ceder a las presiones de su formación al aceptar el lunes, por primera vez, la posibilidad de que se convoque un segundo referéndum. El Laborismo espera presentar mañana una cláusula, que se someterá a votación en el Parlamento, en la que pedirá a los comunes que apoyen una unión aduanera “permanente” con la UE. Si ese plan alternativo no prospera, los laboristas respaldarán la convocatoria de una segunda consulta.

Por su parte, la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, culpó a May de “tratar de atemorizar” al Parlamento para que respalde su acuerdo del brexit, sin saber lo que pasará tras el abandono de la UE. “Todo esto es solo una maniobra cínica para tratar de atemorizar a los parlamentarios para que acepten su mal acuerdo, un acuerdo que nos alejaría de la UE, el mercado común y la unión aduanera sin tener claridad sobre lo que vendrá después. Nadie debería caer en eso”, escribió la dirigente escocesa en su cuenta de Twitter.

La economía se reducirá hasta un 9%. La economía del Reino Unido se reduciría entre un 6,3% y un 9% en los próximos 15 años de producirse un brexit sin acuerdo con la UE, según el Gobierno británico. El noroeste del Reino Unido sería la zona más afectada, con un retroceso del 10,5%, seguida de Irlanda del Norte, un 9,1%, Gales, un 8,1%, y Escocia, un 8%.

Dublín no bloqueará el retraso. El Gobierno irlandés consideró que la posibilidad de retrasar la salida del Reino Unido de la UE sin acuerdo es un “hecho importante”, y reiteró que no bloqueará una posible prórroga. Así lo expuso en Dublín el ministro irlandés de Finanzas, el democristiano Paschal Donohoe, después de reunirse con su colega francés Bruno Le Maire, quien agregó que el Ejecutivo de París tampoco se opone a esa opción, pero precisó que May debe explicar con más detalle por qué y para qué pediría la prórroga.