viena - Las réplicas al terremoto político de Austria no parecen remitir mientras que el canciller federal, el democristiano Sebastian Kurz, busca mantenerse al frente de un Gobierno de transición sin los ultranacionalistas, para lo que necesitará sobrevivir el próximo lunes a una moción de censura.

La iniciativa parlamentaria fue presentada ya por la formación opositora y progresista Jetzt, y por primera vez en la historia moderna de Austria existe cierta posibilidad de que un canciller pierda la confianza entre los 183 diputados del Parlamento, ya que ninguna de las 185 mociones de censura presentadas en Austria desde 1945, cuando el país recuperó el sistema democrático, ha salido adelante.

Para que salga adelante esta moción deberían votar en contra del ÖVP de Kurz los socialdemócratas y los ultraderechistas del FPÖ, los que eran sus socios en el Gobierno. Ambas formaciones, que juntas disponen de una mayoría en la Cámara, aún no han anunciado el sentido de su voto. Solo el opositor y minoritario partido liberal Neos ha asegurado que no secundará la moción para favorecer “la estabilidad” del país.

Los demás opositores, sin embargo, quieren desalojar a Kurz de la Cancillería con una votación para romper su aura ganadora y obligarle a concurrir a los comicios anticipados de septiembre sin la ventaja electoral que otorga el poder. Analistas austríacos hablan además de “ansias de revancha” entre los ultranacionalistas del FPÖ, despojados del Gobierno tras conocerse un vídeo en el que su exlíder Heinz-Christian Strache promete favores políticos a una supuesta multimillonaria rusa a cambio de donaciones para su partido.

el presidente tranquiliza En un mensaje televisado el presidente federal, Alexander Van der Bellen, se dirigió a la ciudadanía para tranquilizar los ánimos e instar a los partidos políticos a “pensar primero en el interés del país” y solo después “en el suyo a corto plazo”. Recordó de nuevo las escandalosas imágenes grabadas en una finca de Ibiza en 2017 y habló de “traspaso de límites, quiebre de confianza y abandono político”. “Aún no podemos saber qué efectos tendrán estás imágenes para la sociedad”, advirtió el presidente. - Efe