pamplona - La candidatura a las europeas de Ahora Repúblicas (ERC, EH Bildu y BNG) lleva como segundo en su lista al navarro Pernando Barrena. El candidato vislumbra cambios importantes en los próximos cinco años que redefinirán la arquitectura de la Unión Europea, y advierte de que el voto a la izquierda será determinante para evitar que el proyecto común siga abrazando los discursos de la ultraderecha y vuelva a su esencia, la de la Europa social y de los derechos. Además, señala que “mientras la nueva arquitectura de la UE no contemple el derecho a decidir, Europa va a seguir siendo un club de una élite económica alejada de la adhesión social”.

¿Cómo ve las elecciones a la Eurocámara?

-Pues el ir acompañadas de las municipales y forales tiene sus pros y sus contras. Por una parte se elevará la participación, pero vienen en un contexto en el que se presentan como la hermana pobre de las elecciones del 26 de mayo. Esto es preocupante porque aún no ha calado la importancia que tienen las instituciones europeas. El 75% de las decisiones que regulan lo que es nuestra vida desde lo público se toman en Bruselas y da una imagen del calibre de lo que se va a votar el próximo domingo. Creo que esta desafección tiene mucho que ver con las políticas que se adoptan en la UE. El otro día leí una encuesta que decía que los navarros estamos en los puestos de cabeza en el ranking de desafección. Creo que tiene origen en las políticas de los últimos años, en los recortes de derechos sociales, imponer el pago de la deuda o el tope de gasto público. Todo esto se percibe por la ciudadanía en falta de cobertura social, listas de espera enormes en la salud, etc. Y todo esto hace que la ciudadanía vea aquello como una fuente de problemas. Creo que hay que animar a votar el día 26 porque en política el espacio que tú no ocupas lo ocupa otro y en este caso lo ocuparán movimientos xenófobos y de ultraderecha.

Entiendo que esperan conseguir varios escaños tras pasar de largo el millón de votos entre las fuerzas soberanistas el pasado 28 de abril.

-Estamos hablando de una bolsa electoral de alrededor de un millón y medio de votos, lo que nos da motivos suficientes para ser positivos y tener expectativas de, al menos, tres europarlamentarios. Entonces nuestro reto es obtener el cuarto para Ahora Repúblicas. De esa manera, con cuatro personas en Bruselas, el trabajo será más efectivo. Son de ERC, de EH Bildu y de BNG y estarán adscritos en dos grandes grupos de la Eurocámara que son el grupo de la Izquierda Europea y la Alianza Libre Europea.

El cabeza de lista de su candidatura es Oriol Junqueras, ahora en prisión. ¿Podrá desempeñar su trabajo como europarlamentario?

-Esperamos que se le permita recoger el acta y que la instituciones europeas la validen. Incluso que se den las circunstancias precisas para que Oriol pueda hacer sus trabajo en Bruselas. Su presencia como cabeza de lista es todo un símbolo de lo que defendemos, un compromiso con los principios básicos de la democracia. No podemos olvidar que está en prisión por haber puesto medios a los ciudadanos para votar aquel 1 de octubre, es algo increíble. Además, muestra el compromiso con la libertad de todos los presos políticos aquí y en Catalunya.

¿Hace mucho que no se presentaba en una lista? ¿Le ha costado decidirse a volver a la primera línea para suplir la polémica renuncia de Josu Juaristi?

-No tuve mucho tiempo para decidirme porque las cosas llegaron como llegaron y era necesario dar una respuesta rápida. La dirección de EH Bildu me lo propuso y fue refrendado por la militancia, un amplio apoyo que nunca me cansaré de agradecer. Lo veo como un reto político y personal. Creo que hay mucho trabajo para hacer desde esta instancia política que también conozco por haber trabajado en el grupo internacional de EH Bildu. Y luego también a nivel personal es un reto el conocer un espacio institucional desde dentro que está llamado a jugar un papel importante en la próxima legislatura respecto a los temas en los que vamos a hacer especial hincapié como las naciones sin Estado en Europa, la arquitectura institucional de la UE y los derechos sociales que van a tener que coger protagonismo porque han sido víctimas de una desatención absoluta como consecuencia del austericidio.

Precisamente, ¿por qué es importante estar en Europa?

-Tenemos tendencia a pensar que está muy lejos, pero los grandes temas que nos preocupan aquí, más allá de quién conforma las instituciones, en lo referente a las políticas sociales, fiscales, de todo tipo, estos temas tienen una traslación en aquellas instituciones. Vamos a dar esa batalla también allí. Las fuerzas de izquierdas, y en concreto EH Bildu, defenderemos que lo público tiene que ser una herramienta de distribución y de justicia social y que nadie puede quedarse atrás en el crecimiento económico. Otras fuerzas de derechas van allí a decir que se salve quien pueda, que cada uno que gane lo que pueda y que con ese dinero consiga la atención sanitaria o educación que pueda. Esto construye una sociedad solamente para los más pudientes y abandona a su suerte a la mayor parte de los ciudadanos y nosotros no estamos dispuestos a pasar por eso.

Parece que nos alejamos de los valores europeos.

-Claro, siempre se nos ha vendido la Europa democrática, de los Derechos Humanos, la Europa social, la del pilar social presentado por Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea (CE). Creo que es el espacio para evidenciar las contradicciones y forzar a que la CE, que son los Estados, no adopten esas políticas de austericidio dacroniano que tanto daño nos han hecho los últimos años. Los desahucios, el pago de la deuda, las millonadas que se han llevado los bancos. Son cuestiones que vivimos aquí, pero son decisiones que toma la CE. Hay que dejar en evidencia que hay otra manera de hacer las cosas que pasa por atender más los intereses colectivos y no los de los bancos o grandes corporaciones.

¿Qué puede hacerse para que la sociedad incremente su interés en la Eurocámara?

-Primero la información, no se dedican grandes espacios. DIARIO DE NOTICIAS recibió un premio por dedicar dos páginas diarias a la UE, y eso es muy necesario. Pero, además, lo poco que se conoce de la UE es negativo y la gente está harta de oír el nombre de Europa unido a fenómenos como el brexit, la xenofobia, los movimientos de ultraderecha o los recortes sociales que vivimos en carne propia. A la gente no se le puede pedir que después de sufrir las consecuencias de las políticas europeas que obligan a pagar primero la deuda y después ver qué queda para atender las políticas sociales, encima pedirle que tenga un nivel de adhesión con el ámbito europeo.

¿Cree que debemos transferir más cota de poder a la Cámara Europea?

-Es un tema que hay que abordar. El problema es una arquitectura institucional que no vale para perseguir los objetivos fundacionales de la UE, que pasan por unas instituciones al servicio de la ciudadanía. En esta legislatura creo que ese tema estará sobre la mesa y ahí tendremos que estar las posiciones de izquierdas para influir en la medida de los posible. Hay temas que son incomprensibles porque la UE no tiene liderazgo y el Parlamento ni tan siquiera tiene capacidad legislativa. Son los Estados los que deciden.

Prevé cinco años determinantes para el proyecto común, así que el llamamiento al voto es todavía más importante.

-El voto de la izquierda es fundamental para luchar contra la austeridad, por el planteamiento de una UE que responda a los intereses de la ciudadanía y no de las grandes multinacionales. Y desde la perspectiva de las naciones sin Estado, es importante subrayar que, en el contexto del brexit, en estos cinco años van a pasar cosas importantes. Más allá de valorar el brexit como un autentico desastre, que puede suponer una oportunidad para las naciones sin Estado. Como consecuencia Escocia va a tener otro referéndum, también para la reunificación de Irlanda, los flamencos quieren ir a una iniciativa de bloqueo del Estado si no se atienden sus planteamientos, y no podemos olvidar a Córcega y el proceso catalán. Y en ese sentido, los vascos y vascas tenemos que ser capaces de tener preparada la tabla para coger la ola cuando llegue, para incluirnos en la agenda de democracia y derecho a decidir. Cuando hablamos de cambios dentro de la UE los Estados europeos tienen que tener claro que mientras esa nueva arquitectura no contemple el derecho a decidir, Europa va a seguir siendo un club de una élite económica y de Estados totalmente alejada de la adhesión social.

Con el brexit

-Puede estar en riesgo lo que conocemos hoy en día y eso no es malo porque nosotros somos muy críticos con cómo están las cosas. Si vienen cambios, bienvenidos y si hay quien quiere condicionarlos hacia políticas de derechas estaremos enfrente. Tras la crisis de refugiados hemos visto que los Estados se han plegado a las políticas de ultraderecha, que es muy peligrosa no solo por sus planteamientos extremos y xenófobos, sino porque aunque no consiga posiciones de poder, consigue condicionar el discurso de otros partidos políticos de derecha como hemos visto en el Estado español. En el contexto europeo esto también es peligroso porque vemos cómo la propia Comisión ha basado su política de migración en el discurso de ultraderecha tratando a los refugiados como si fuesen animales y eso es inadmisible. El derecho a migrar debe ser respetado y protegido por la UE si es que realmente es la Unión social que protege los derechos de las personas.

¿Qué importancia tiene para Navarra estar en la Eurorregión con la CAV y Aquitania?

-Somos independentistas y creemos que la cesión de soberanía con Europa debe hacerse desde una instancia estatal vasca y esa es nuestra aspiración futura. Pero en el camino intermedio propuestas como la de la Eurorregión son muy importantes porque responden a un entorno natural en el proyecto de país, económico, social y demográfico. En ese sentido nuestra posición y trabajo político será tendente a favorecer que esas eurorregiones funcionen y tengan más capacidades reconocidas.

¿Cuál será el trabajo principal de su candidatura Ahora Repúblicas?

-En primer lugar, vamos a Bruselas a decir que ni los catalanes ni los vascos somos el problema, que el problema se llama España porque no permite que naciones como la catalana o la vasca puedan decidir libremente su futuro. Estamos hablando, no ya del proyecto de independencia, que es legítimo pero para lo que hace falta mayorías legítimas, sino que vamos a hablar del concepto democrático básico como el derechos a decidir. Ni decidir, ni organizar referéndums supone rupturas, y por ello denunciaremos que hay gente en prisión por haber organizado votaciones. Además, todo lo referente a la situación de los presos políticos. Para nosotros es objetivo importante que los 252 presos políticos vascos tengan un tratamiento tendente a la desaparición de esa figura. Vamos a hacer un trabajo internacional para difundir la idea de que el acercamiento de los presos es importantísimo. Y evidentemente en el ámbito de las políticas sociales, vamos a dar una pelea importante para que la ciudadanía recupere derechos y capacidad de incidencia social. Hay que acabar con las políticas de austericidio cuyas consecuencias siguen estando muy presentes. Y también vamos a subrayar que la Europa social brilla por su ausencia, sobre todo para esos 22 millones de parados europeos y para los 60 millones de europeos que están en riesgo de exclusión social.

¿Qué significa ser ciudadano europeo?

-Abordamos este tema con naturalidad porque tenemos vocación europeísta y no porque haya planteamientos identitarios, sino porque es nuestro entorno geográfico más cercano y nuestras relaciones económicas, culturales y personales se han dado en este ámbito. Además, creemos que Europa es el espacio preferente para la resolución de los grandes problemas que vive nuestra sociedad: cómo conseguimos el encaje de las naciones sin Estado en el marco europeo y cómo conseguimos una Europa social de escala para atender las necesidades de todos sus ciudadanos en base a un esquema de protección social que no deje atrás a nadie. Consideramos que el trabajo que se puede realizar allí se hace en una importante caja de resonancia que ayuda a trabajar en común con otras mayorías de izquierdas de Europa.

Por último, dígame, ¿qué le parece el salario de más de 8.000 euros mensuales asignado a cada europarlamentario?

-Un escándalo. Entiendo que es un trabajo que necesita de una remuneración digna, pero está pensado desde un planteamiento de la política muy elitista y que tiene mucho que ver con el alejamiento enorme que hay de la ciudadanía. Nosotros, ni eurodiputados, ni asistentes percibimos esas cantidades. Usamos ese dinero para poder tener equipos amplios trabajando sobre el terreno y que nos permitan abordar el máximo volumen de trabajo posible. Pero sí es cierto que es un tema que incide en la percepción de la ciudadanía.

¿Qué cobrará usted exactamente?

-Tenemos una escala salarial. Cobraré el sueldo de un trabajador cualificado con las ayudas por tener allí una vivienda. Puede rondar entre los 2.000 y 2.500 euros.

“A la gente no se le puede pedir adhesión a Europa después de sufrir las políticas de austericidio”

“Vamos a pelear para que la ciudadanía recupere derechos y capacidad de incidencia social”

“El espacio que tú no ocupas lo ocupan los movimientos xenófobos y de ultraderecha”

“Mientras no se contemple el derecho a decidir, Europa va a seguir siendo un club de una élite económica”

Pernando Barrena. Pamplona, 1 de noviembre de 1965, tiene 53 años y está casado.

Es técnico superior en comercio internacional y traductor. También ha sido camarero y ha trabajado en el sector editorial.

Experiencia política. Fue concejal en Berriozar, en 1999 fue cabeza de lista de Euskal Herritarrok y resultó elegido parlamentario en Navarra. De 2013 a 2016 ejerció de coportavoz de Sortu. En 2019 Euskal Herria Bildu le propone como su candidato en las europeas, tras la renuncia de Josu Juaristi.

Aficiones. Lector compulsivo, le gusta formarse tanto de manera autodidacta como reglada. Cree que la vida “es un proceso de aprendizaje continuo”.