el rey Juan Carlos dejará de realizar actividad institucional y se retirará de la vida pública a partir del próximo 2 de junio, cuando se cumplirán cinco años desde el anuncio de su abdicación. A pesar de dejar de desarrollar actividades oficiales, mantendrá su condición de miembro de la Familia Real, su consideración de rey y el estatus jurídico que ha tenido desde su abdicación. El anuncio no afecta al estatus de don Juan Carlos, que seguirá siendo aforado, como los parlamentarios y miembros del Gobierno.

La decisión, según el comunicado del Palacio de la Zarzuela, la ha tomado Don Juan Carlos -que como miembro de la Familia Real tuvo un sueldo de 194.232 euros en 2018 y ha contado con una secretaría de apoyo- y se la ha comunicado por carta al actual jefe de Estado. Aunque la decisión será efectiva desde el domingo, el rey emérito no tiene programada ninguna actividad pública esta semana. De este modo, tras 39 años de reinado y cinco en una situación de retiro parcial en la que sus funciones no llegaron a ser reguladas, da el paso atrás definitivo y se aparta de la agenda de Zarzuela en la que, con cada vez menos frecuencia, venía participando.

El Gobierno y la Casa Real anunciaron la abdicación de Juan Carlos I el 2 de junio de 2014, si bien no se hizo efectiva hasta el 18 de junio, cuando sancionó la Ley Orgánica que materializaba el ascenso al trono de Felipe VI. Un día después, éste fue proclamado nuevo rey de España. La noticia llegó en el epicentro de una grave crisis reputacional para la Corona azuzada por la instrucción judicial del caso Noós por el que acabaría condenado y en prisión Iñaki Urdangarin, marido de la Infanta Cristina. Ella se sentó en el banquillo, aunque finalmente, el tribunal la exoneró.

familia del rey Con la llegada de Felipe VI, la Familia Real quedó reducida al núcleo -el rey, la Reina y sus dos hijas- y a los eméritos Juan Carlos y Sofía, mientras las infantas Cristina y Elena pasaron a ser Familia del Rey. Se aprobaron medidas para impulsar la transparencia, un nuevo código de conducta que prohibía, por ejemplo, los regalos que excediesen lo institucional o la mera cortesía; y se impuso un discurso en favor de la austeridad, la independencia judicial y la lucha contra la corrupción.

Entretanto, el papel del rey emérito en la agenda oficial pasó a un discreto segundo plano. Tras participar básicamente en eventos deportivos y representar a España en alguna toma de posesión en Latinoamérica, su agenda se inauguró como tal en octubre de ese año, cuando ya había trasladado su despacho al Palacio Real marcando distancias con las actividades de Zarzuela. La propia Casa Real aventuraba en esas fechas que su papel en actos oficiales sería “puntual” y de hecho, así ha sido.

En los últimos cinco años, el rey emérito ha participado en menos de un centenar de actividades de agenda: 25 institucionales, 14 en el exterior, 29 eventos culturales o deportivos, seis benéficos o de sostenibilidad -dos eran corridas de toros-, un par de inauguraciones académicas y una docena vinculados a la ciencia, en su mayoría, reuniones de patronato.

Con la llegada de 2017 comenzó a participar de forma más activa en la agenda de la Familia Real, aunque fue la gran ausencia del acto que conmemoró en el Congreso el 40 aniversario de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura.

Don Juan Carlos cumplió 81 años el 5 de enero y su estado de salud, habida cuenta de que a lo largo de su vida se ha sometido a más de una docena de intervenciones quirúrgicas, siempre es objeto de rumorología. En una de sus últimas apariciones públicas, en marzo de este año, acudió a la presentación de la Feria de San Isidro con un hematoma en el ojo que después se atribuiría a una pequeña intervención en la piel. Aún camina con bastón, eso sí, consecuencia de su última operación en la rodilla derecha en abril de 2018, cuando se le sustituyó una prótesis antigua que le estaba provocando problemas de movilidad.

El año pasado, los actos del rey emérito se redujeron a 22, una decena institucionales, como la imposición a la Princesa de Asturias del Toisón de Oro, y Don Juan Carlos tuvo que lidiar con un frente más. En julio se difundieron unos audios grabados por el comisario jubilado y en prisión provisional José Manuel Villarejo en los que su otrora amiga Corinna Larsen le acusaba de cobrar comisiones ilícitas, esconder fondos en Suiza y utilizarla como testaferro. Pasaron seis meses hasta que volvió a participar en un acto oficial junto a Felipe VI.

Aquellas grabaciones motivaron la apertura de una pieza separada en la causa que ya investigaba al comisario en la Audiencia Nacional, si bien finalmente la parte tocante a las acusaciones sobre el rey Juan Carlos fue archivada porque, de ser verdad, habrían tenido lugar cuando él gozaba de inviolabilidad.