pamplona - Si lo que pretendía Javier Esparza con Navarra Suma era crear una plataforma navarrista y transversal, no ha podido escoger peores compañeros de viaje. La aventura de las derechas en Navarra, donde UPN ha unido su destino a los antiforalistas de Ciudadanos y a un PP todavía salpicado por la corrupción, ha servido como ejemplo para otros pactos en el Estado en los que la ultraderecha de Vox, ya totalmente naturalizada en el debate político y mediático, ha decantado la balanza del lado de los socios de Navarra Suma en territorios tan importantes como Madrid o Murcia. Un viaje en el que, de paso, UPN se ha despojado completamente de su esencia fundacional foralista y ha quedado totalmente enmarcado en el bloque de derechas más centralistas que se recuerda, lo que al menos le ha permitido optimizar todos los votos y capitalizar casi 14.000 votos que en las elecciones generales estaban en Vox Navarra, pero que en las forales del mes siguiente volaron hacia el partido de Esparza, al que identificaron como una opción útil que, en lo esencial, comparte muchos planteamientos con Vox.

sayas marcó el camino Ahí queda, para la hemeroteca, ese primer descuido de Sergio Sayas, elocuente. En diciembre de 2018, en plena efervescencia de Vox -acababan de sacar 12 escaños en Andalucía y eran claves para desalojar a los socialistas del poder-, el hoy diputado de UPN en el Congreso abria la puerta a negociar con la ultraderecha, llegado el caso.

“Para mí los que no podrían estar en un gobierno que yo acordara son los nacionalistas y los independentistas; todo lo demás es discutible”, aseguraba Sayas, dejando claro que la posibilidad existía.

Lo cierto es que la propuesta quedó en metedura de pata al poco tiempo, porque Javier Esparza, asesorado para la ocasión, salió a dejar claro que con Vox no iban a acordar nada. Pero era pura estrategia: no les iba a hacer falta alimentar la posibilidad de pactar con Vox, una formación sin implantación en Navarra que caería fácil en la tupida red de UPN y que podía lastrarles pactos futuros en Navarra, como así han dejado abiertos las elecciones.

Pero una vez que UPN ha quedado dentro de PP y Ciudadanos, que ya pactan sin reparo con Vox en la Asamblea de Madrid o la Región de Murcia, Esparza va a tener difícil desligar su postura de la de sus socios, por acción o por omisión en la órbita de la ultraderecha. Algo que no le va a venir bien en su intento de que el PSN termine por abstenerse, lo único que Esparza necesita para poder ser investido como presidente del Gobierno de Navarra con los únicos 20 apoyos de su plataforma.- D.N.