PAMPLONA.- El Gobierno de PSOE y Unidas Podemos parece cada vez más factible. La renuncia del líder de Podemos, Pablo Iglesias, a ser ministro para facilitar la coalición con los socialistas ha abierto una puerta a la investidura de Pedro Sánchez, aunque aún queda la necesaria negociación, con nombres incluidos, que ambos partidos tendrán que afrontar. Iglesias, a quien Sánchez vetó el jueves y le consideró el “principal escollo” para formar la coalición, dio la sorpresa ayer por la tarde anunciando su disposición a no ser ministro para no servir de “excusa” al PSOE, aunque advirtió de que su partido reclama elegir a quienes le representarían en el futuro gabinete.

La primera reacción del PSOE demostró, sin embargo, que la negociación no será sencilla: los socialistas respondieron a Iglesias asegurando que Sánchez “escuchará las propuestas” que le pueda hacer Unidas Podemos, pero avisando también de que es el presidente quien “decidirá el equipo. Sin vetos ni imposiciones”, subrayaron desde el PSOE, que apuesta por empezar la negociación por los contenidos.

El gesto de Iglesias ha cambiado las tornas de una negociación que parecía muerta, con el líder de Unidas Podemos empeñado en ser ministro y el presidente del Gobierno en funciones empeñado en que lo no fuera.

Sánchez dejaba clara el jueves su disposición a la coalición y ponía en valor haberse movido desde su idea inicial de un Gobierno en solitario y “de cooperación”, pero vetaba a Iglesias al considerar que no se dan las condiciones para su entrada en el Ejecutivo, sobre todo por sus importantes diferencias en cuestiones de Estado como Catalunya.

Un día después, Iglesias hizo pública en las redes sociales su decisión de dar un paso atrás, aunque con condiciones. “España necesita ya un Gobierno de coalición de izquierdas”, dijo en el vídeo con su anuncio, en el que explicaba que tras haber “reflexionado” tomaba esta decisión para no ser la “excusa” del PSOE que evite el acuerdo.

El líder de la formación morada reclamó además una representación de su partido en el Gobierno “proporcional a los votos”, aunque fuentes de Unidas Podemos aclaraban después que la proporción que quieren no es tanto literal, en número de ministerios, sino en tareas ejecutivas, y ponen como ejemplo un posible ministerio social con muchas competencias y un solo titular.

Iglesias cede pero pone condiciones para vender cara su decisión: no podrá haber más veto. El líder de la formación recalcó que “lógicamente” debe de ser Unidas Podemos quien diga los nombres del partido que deben estar en el próximo Ejecutivo. Una exigencia que en el PSOE recibieron con reservas.

Fuentes socialistas apostaron en este sentido por abordar la negociación “sin vetos ni imposiciones”. E insistieron en que el presidente en funciones y candidato a la investidura “escuchará las propuestas” que le haga Unidas Podemos pero “decidirá el equipo”, en línea con lo que han recordado en estos días tanto Sánchez como ministros y dirigentes del partido, la potestad que la Constitución da al jefe del Ejecutivo para elegir a sus ministros.

El PSOE, en cualquier caso, meditó mucho su respuesta, que llegó una hora después del anuncio de Iglesias en las redes sociales. Las fuentes de Ferraz insistían en su idea de que es el programa lo primero que hay que negociar. Los socialistas por el contrario parecen sorprendidos por una reacción que no esperaban, dada la resistencia que había mostrado Iglesias en público y en privado, y ahora se preparan para una rápida negociación para la que tienen cuatro días.

También fuentes de Unidas Podemos reconocían que hay que empezar a hablar ya de políticas y medidas, y recalcaban que esperan que los socialistas no pongan más vetos de nombres sobre la mesa, porque eso supondría, dicen, que el PSOE en realidad no quiere la coalición.

No hay constancia aún, en cualquier caso, de que se haya convocado una reunión de los equipos de ambos partidos, que si inician la negociación tendrán que apurarse, porque el debate de investidura comienza el próximo lunes con el discurso de Pedro Sánchez, con la primera votación el martes y la segunda el jueves.

Desde el entorno de Iglesias reivindican que esta cesión obliga a los socialistas a aceptar un Gobierno de coalición, algo que no querían, y le permitirá colocar allí a personas de su absoluta confianza, como la propia Irene Montero, mientras mantiene el protagonismo como líder de la formación desde fuera del Ejecutivo.

Además, aunque el PSOE y Unidas Podemos acaben llegando a un acuerdo, siguen necesitando más votos para la investidura de Pedro Sánchez. - D.N.

5

ministros

Podemos tiene la mitad de los votos que el PSOE, aunque tenga solo un tercio de los escaños. El PSOE logró 7,48 millones de votos y Unidas Podemos 3,73 millones. En escaños, los socialistas tienen 123 y el grupo de Iglesias, 42. Si se hiciera por votos, querría decir que de 15 ministros, por ejemplo, a Unidas Podemos le corresponderían cinco.

1

vicepresidencia

Otro asunto relevante de la negociación entre el PSOE y Unidas Podemos será ahora la exigencia de Iglesias de que su grupo tenga una vicepresidencia, como en la Comunidad Valenciana. Fuentes de la formación morada ya hacen pública la posibilidad de que sea ocupada por Irene Montero.