aunque tímidamente y de forma muy incipiente, las tripas de los últimos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) apuntan a un fenómeno del que ya habían avisado algunos analistas, un regreso lento hacia un llamado “bipartidismo imperfecto” frente a la fragmentación actual.

La inestabilidad política y la falta de mayorías parecen estar empujando a los españoles a agrupar su voto y a ir abandonando muy poco a poco a algunos de los nuevos partidos, especialmente a Podemos, pero también a Ciudadanos y a Vox, en dura pugna con el PP por la hegemonía en la derecha del tablero.

De momento, el único que se ha beneficiado de este proceso ha sido el PSOE, que ha capitalizado el declive de Unidas Podemos, en caída no solo en las encuestas sino también en sus resultados electorales, como pudo comprobarse en los comicios de abril y mayo.

Solo así se entiende la cifra récord que ha otorgado el CIS al PSOE en su última oleada: un 41,3% en intención de voto, una virtual mayoría absoluta en el Congreso.

Y ello a pesar de que el trabajo de campo de la encuesta se llevó a cabo antes de las últimas negociaciones y de la investidura fallida de Pedro Sánchez de finales de julio, en la que Podemos jugó un papel primordial.

A muchísima distancia, el PP parece recuperar algo de tono, aunque de momento débilmente y, a pesar de que mantiene el porcentaje del 13,7% en intención directa de voto -sin la cocina del CIS-, ha pasado de la cuarta a la segunda posición por el descenso de Ciudadanos y la debilidad de Podemos.

En solo un mes, los de Albert Rivera se han dejado más de tres puntos, del 15,8 al 12,3% de los apoyos.

Cruzando los datos por variables políticas y de recuerdo de voto de la encuesta, se descubre a las claras el motivo de ese declive de Ciudadanos y, en parte, de Unidas Podemos.

Los votantes del partido de Pablo Iglesias son, con mucho, los menos fieles de los cinco primeros partidos. Solo un 55,7% de los que votaron a Unidas Podemos el pasado 28 de abril tiene decidido volver a votar a los de Iglesias, en buena parte porque un 22,1% admite que elegiría la papeleta de Izquierda Unida, a pesar de que a día de hoy sigue dentro de la coalición y no tiene listas propias.

Otro nada despreciable 8,9% de los votantes de Unidas Podemos asegura que votaría ahora al PSOE, mientras que un 3,7 directamente se pasaría a la abstención.

Fenómeno similar le sucede a Ciudadanos, que en las últimas elecciones estuvo muy cerca de superar al PP y encumbrarse como el principal partido de la oposición.

Aunque su votante fiel se mantiene en el 74,1%, en poco más de tres meses sufre cierto desgaste, sobre todo en favor del PSOE y, en menor medida, del PP.

Un 5,1% de quienes eligieron la papeleta de Ciudadanos el pasado mes de abril escogería ahora una de los socialistas, mientras que un 3,1% se decantaría por la del partido de Pablo Casado. De todos modos, el desgaste de la formación de Rivera se aprecia no solo en el voto ya decidido a otros partidos, sino en las dudas que asaltan a sus votantes.

dudas Hasta un 11,3% de quienes votaron a Ciudadanos reconoce que no sabe por quién se decantaría si hubiera que volver a pasar ahora por las urnas, casi el doble que el 6,1% de indecisos en Unidas Podemos o el 5,6% de Vox. Los de Santiago Abascal también acusan, según el CIS, cierto desgaste y casi un 10% de sus votantes del 28 de abril se decantaría ahora por otros partidos: un 6,5% votaría por el PP y un 3,7 por Ciudadanos.

Pese a ello, el votante de Vox es con rotundidad el que tiene las ideas más claras entre los cinco primeros partidos. Un 45,8% confiesa que con toda seguridad votará siempre por la formación de extrema derecha, porcentaje muy superior al votante fiel en toda circunstancia del PSOE -35,4%- y el PP -32,2.

Justo lo contrario de lo que le pasa a Ciudadanos y a Unidas Podemos. Solo un 12,6% de los votantes de Cs y un 18,3 de los de Podemos aseguran que los seguirán eligiendo siempre.

8,4%

vox, con más divorcios. Los votantes de Vox, aunque de ideología conservadora, son los que más se divorcian de todas las formaciones políticas, con un 8,4% de su electorado (hasta el 14% si se suman las separaciones). A Vox le siguen a bastante distancia de Podemos (8,5%), PSOE (8,2%), PP (6,7%) y Ciudadanos (5,5%).

56,9%

PP, más religiosos. Un 56,9% de los que elige la papeleta del PP se declara católico practicante, mientras que los de Vox suponen muchos menos, un 29,9%; un 19,9% los socialistas; 19,5 los que optan por Cs y solo un 4,5 los que votan a Podemos. De misa en festivos son sobre todo los del PP (28,2%) y los que eligen a Vox (15,5%), porque entre votantes religiosos de Cs los que acuden bajan al 9,1%, al 8,8% los socialistas y hasta el 2,5 de los morados.