pamplona - La Asociación Navarra de Víctimas del Terrorismo de ETA (Anvite) hizo una oposición frontal a la política de paz y convivencia impulsada por el Gobierno de Uxue Barkos y parece estar en la misma disposición con el recién estrenado Gobierno foral.

Cinco días después de que un grupo de exaltados increpara a la presidenta María Chivite en el homenaje a Francisco Casanova celebrado en Berriozar, esta asociación advirtió ayer de que seguirá “exigiendo de nuestras instituciones, sea quien sea quien las gobierne, el compromiso sincero con las víctimas” y remarcó que rechazará “todo intento de blanqueo de los terroristas y sus cómplices” así como “ningún relato que falsee lo ocurrido tras 50 años de terrorismo”.

En su radicalizado discurso, Anvite ve en el final de ETA un intento de blanquear su pasado. “El cambio de estrategia de la banda terrorista y el abandono de la violencia armada no supone en ningún caso el cese de sus objetivos ni de los intentos de condicionar el desarrollo de nuestras instituciones ni nuestro modelo de país”, dice en el comunicado. “Sin embargo, este cambio de estrategia conlleva necesariamente el intento de blanqueo de su pasado terrorista y delictivo para poder tener encaje en nuestras instituciones y el consiguiente peligro de que haya quien no sepa o no quiera verlo”, añade.

Además de reclamar que “se exija a EH Bildu una condena firme del terrorismo de ETA”, Anvite desatiende la petición del consejero Javier Remírez, que el miércoles pidió “no instrumentalizar la memoria de las víctimas”.

“No sólo nos sentimos legitimados para verter nuestras opiniones acerca de cualquier asunto que nos concierna como víctimas, es que nos sentimos obligados”, replicaron al consejero de Interior. - D.N.