- Ni siquiera la crisis sin precedentes del coronavirus pudo tapar las reacciones a una noticia histórica: la renuncia, por parte de Felipe VI, de la herencia de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, y cuya procedencia pusieron en duda recientemente varias publicaciones internacionales como el inglés TheTelegraph. La gran mayoría del Parlamento abogó por poner en marcha una comisión que investigue de dónde viene la fortuna del monarca, y censuró que se haya dado la noticia en plena coyuntura del coronavirus. El PSN, por su parte, respetó la decisión de Felipe VI, pero al mismo tiempo dijo que esperará a ver qué pasos da la justicia, a cuyas deliberaciones “habrá que atenerse”. La única formación que pasó de puntillas por la polémica fue Navarra Suma, que zanjó la polémica con un escueto mensaje de Javier Esparza: “La decisión me parece adecuada”.

Uxue Barkos (Geroa Bai) se quedó con un detalle no menor: el hecho de que la decisión se hubiese tomado hace ya un año, pero que no haya trascendido hasta ahora, con el Estado patas arriba. “Hay gestos como el de la renuncia en una notaría a una hipotética herencia que deberían haber sido acompañamos en el mismo momento con la retirada de las aportaciones en los Presupuestos del Estado a quien se entiende por este tipo de actuaciones que no ha actuado correctamente”. Bakartxo Ruiz (EH Bildu) señaló como ruin la elección del momento. “Aprovechar esta coyuntura para dar esta supuesta noticia responde más a un ánimo populista y de tapar la vergonzosa negativa a aprobar una comisión de investigación en el Congreso”. “Esta decisión no hace a la monarquía ni más honrada ni más democrática”, apuntó, para afirmar sobre Felipe VI que “más le valdría renunciar a la corona”. Mikel Buil (Podemos), por su parte, señaló que “no se puede renunciar a una herencia según nuestro Código Civil” y lamentó que “se aprovecha una situación de alerta para hacer una cortina de humo” y evitar que se hable del tema. A favor de la comisión de investigación también se mostró Marisa de Simón (I-E) “para investigar sobre la posible corrupción de la familia real” y “para que la justicia actúe”.

Por último, desde la Junta Republicana de Izquierdas, denuncian que Felipe VI era conocedor de los “dineros ilegítimos” que manejaba su padre y que solo forzado por la denuncia de los medios internacionales y la investigación suiza ha dado un paso “para distanciarse de la ilegal fortuna de su padre”, concluyen.