- Tras varias sesiones en las que el buen tono era lo normal, la Cámara vivió la primera bronca. Sobre todo entre el Gobierno y el PSN y el resto de grupos, con reproches feos y críticas a que se hable de desescalada sin test suficientes.

El primero en cargar contra el Gobierno fue Javier Esparza (Navarra Suma). Mantuvo el tono brusco de la última semana, criticó los "bandazos", la falta de anticipación de Chivite y algunos "escándalos", como las partidas de mascarillas defectuosas. "La desescalada se tiene que hacer con seguridad plena, no podemos tener a gente asintomática en los trabajos, y si Navarra puede hacer 7.000 test, tendrá que hacer 7.000".

En una línea crítica se manifestó también María Solana, portavoz de Geroa Bai, cuando dijo que hay que reconocer que en la gestión se han hecho cosas mal, y que se está "muy lejos del objetivo" para una desescalada. "No nos pillemos los dedos", recomendó.

Bakartxo Ruiz, de EH Bildu, aconsejó "analizar bien la situación" y preguntó si "Navarra ha hecho los suficientes test como para hacer esa afirmación". "¿A qué estamos esperando para hacer más PCR? Ninguno somos epidemiólogos, pero la OMS dice que es clave para afrontar cualquier nueva fase", remató.

Ainhoa Aznárez (Podemos) también vio "lejano" el escenario de la desescalada, y Marisa de Simón (I-E) fue tajante: "Con el confinamiento ni un paso atrás, no vaya a ser que sea peor el remedio que la enfermedad".

No gustaron las críticas al PSN, que afeó que Navarra Suma "hiciese como siempre hace la derecha: manosear los muertos". Esparza, en la réplica, respondió: "Sus afirmaciones son indecentes, y tanto que le gustan los símiles futbolísticos, usted encaja en el de central marranete que se mete en todas las tanganas". Fue curioso que Esparza retara a Alzórriz a no centrarse en Navarra Suma, y recordarle que todos los partidos habían coincidido en la crítica al Gobierno. "¿Les va a decir algo o se va a comportar como un cobarde?", retó Esparza. "Cobardía la suya, la de no votar en contra si todo le parece mal, que no ha tendido la mano con honestidad nunca", respondió Alzórriz. Ahí no quedó la cosa. En su turno de réplica, Chivite no pasó por alto la insinuación de Esparza de que hay muertos responsabilidad del Gobierno. "¿Qué pretende cuando dice que tengo que pedir perdón por los muertos? ¿Piensa que no me duelen cada uno de los muertos?", dijo, muy seria, Chivite. Esparza contestó algo desde su escaño, ininteligible desde los medios telemáticos. "¿Pues entonces, a qué viene?", zanjó, Chivite. No fue a más, pero fue el colofón del debate más bronco en lo que va de estado de alarma.