El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha procesado al que fuera el último jefe militar de ETA, Mikel Carrera Sarobe, alias 'Ata', y a otros tres miembros de la banda terrorista por el asesinato del guardia civil Juan Carlos Beiro en Leitza en 2002 al retirar una pancarta que tenía adosada una bomba.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 ha citado este lunes a Rubén Guelbenzu González, Jon Lizarribar e Itxaso Zaldua por videoconferencia para comunicarles el auto de procesamiento que dictó el pasado 10 de diciembre, en la que los tres han negado la autoría de los hechos alegando que en la fecha del atentando no pertenecían a la banda terrorista, según han informado fuentes jurídicas.

Carrera Sarobe, que se encuentra en un centro penitenciario de Lannemezan (Francia), no ha comparecido aún ante el juez instructor para realizar dicho trámite, han indicado las fuentes consultadas.

El auto de procesamiento atribuye a los cuatro investigados la autoría de este atentado que tuvo lugar el 24 de septiembre de 2002, que acabó con la vida del cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro y dejó heridos a otros cuatro agentes.

En este sentido, atribuye a los cuatro procesados el delito de pertenencia a banda armada, un delito de asesinato terrorista con resultado de muerte, cuatro delitos de asesinato terrorista en grado tentativa y un delito de tenencia de explosivos.

Según explica el magistrado, sobre las 12.40 horas del día 24 de septiembre de 2002 un agente de la Guardia Civil con destino en la Comandancia de Málaga, que disfrutaba de un permiso ordinario en Leitza, observó en la carretera que une la citada localidad con Berastegui (Guipúzcoa) una pancarta de plástico blanco con mensajes alusivos a ETA y en la que figuraba la inscripción "Guardia Civil muere aquí".

PANCARTA SEÑUELO

"La pancarta, a modo de señuelo, formaba parte de un artefacto explosivo colocado sobre un talud de la carretera", subraya el auto de procesamiento. Tras el aviso del agente al cuartel del Instituto Armado de Leitza, se personaron en el lugar de los hechos otros cuatro agentes, entre ellos el cabo Juan Carlos Beiro Montes.

La explosión repentina del "explosivo-trampa" --escondido en una cazuela-- ocasionó la muerte del cabo y heridas a los otros cuatro agentes. Además "dejó un cráter de 70 centímetros de diámetro y 40 centímetros de profundidad, causando daños en los vehículos que los guardias civiles habían estacionado en la explanada así como en el muro donde se hallaba la pancarta trampa y en las ventanas de las viviendas situadas en las inmediaciones del lugar de la explosión".

El juez también explica que Itxaso Zaldua y Carrera Sarobe eran los integrantes del comando ilegal 'Basajaun', que a partir de febrero de 2002, se habría hecho cargo de la coordinación de una subestructura de cuatro comandos legales. Este "comando coordinador" era el responsable de la formación de los grupos, así como de "preparar los atentados facilitando material y vehículos para ello".

Zaldua, en prisión provisional, fue detenida el pasado mes de julio en Hernani (Guipúzcoa) por orden de la Audiencia Nacional como presunta autora del asesinato con varios disparos del expresidente del PP en Aragón Manuel Giménez Abad ocurrido en Zaragoza en 2001.

La ex miembro de ETA, que fue condenada en Francia a 18 años de prisión como responsable de la logística del aparato militar de ETA, se encuentra procesada también por este asesinato junto a Carrera Sarobe, condenado en Francia a dos cadenas perpetuas por los asesinatos del gendarme Jean Serge Nerin y de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero. Debe cumplir allí al menos 22 años de cárcel.

ACCION ESPECIAL CONTRA LA GUARDIA CIVIL

El auto señala que el comando 'coordinador' no tiene como objetivo ejecutar atentados directamente, salvo "acciones de especial relevancia o envergadura", como fue el caso del perpetrado en Leitza en septiembre de 2002, cuyo nombre clave fue "cazuela".

Según relata el juez Moreno, el hecho que llevó al 'comando Basajaun' a cometer este atentado fue la detención el 16 de septiembre de ese mismo año en Francia, de los responsables del aparato militar de la organización terrorista ETA, Jon Olarra y Ainhoa Múgica.

A ello se añadiría la detención cuatro días después, también en Francia, de los dos miembros del 'comando Argala', Oscar Celarain, alias 'Peio', y Andoni Otegui Eraso, alias 'Iousu' --condenados en 2012 a más de 800 años de prisión por el atentado de la casa cuartel de Santa Pola (Alicante) en agosto de 2002--, y el fallecimiento en la noche del 23 de septiembre de dos miembros del comando ilegal 'Olaia' al explotar un artefacto que transportaban en un vehículo en Bilbao.

"El objetivo de este 'atentado especial' contra la Guardia Civil en Leitza era dar un golpe de autoridad a las 'fuerzas opresoras', personificadas en este cuerpo policial, asesinando a un alto porcentaje de agentes de una Unidad establecida en un lugar estratégico debido a su ubicación en una zona de fuerte influencia abertzale afín a ETA, y por otro forzar ante un elevado número de víctimas mortales, a la reacción de los distintos agentes políticos y sociales para la toma de medidas favorables a la organización terrorista, la cual con dicho atentado se habría situado en un plano dominante del escenario político", resume el auto.

Así, para llevar a cabo la acción terrorista que costó la vida al cabo de la Guardia Civil Juan Carlos Beiro, el 'comando Basajaun' habría dispuesto de los dos miembros legales del 'comando Izarbeltz', Rubén Guelbenzu González y Jon Lizarribar, para que se encargaran de colocar la "pancarta señuelo y del artefacto explosivo", mientras que Zaldua y Carrera Sarobe, "ubicados en un punto alto", activarían el explosivo "cuando consideraran conveniente", concluye el magistrado.

Guelbenzu y Lizarribar, en la actualidad en libertad provisional, fueron detenidos en junio de 2013 por su presunta participación en cuatro atentados en 2002, una vez analizado numerosa documentación intervenida en Francia a varios dirigentes de la banda terrorista ETA. Ambos ya habían sido detenidos en 2004 en Francia, donde Lizarribar fue condenado en 2007 por el Tribunal Correccional de París a seis años de cárcel por pertenencia a la banda terrorista.