El largo pulso que ha mantenido Carles Puigdemont con el Estado español parece abocado a resolverse a favor del expresident catalán. El político soberanista abanderó la estrategia del denominado “exilio” y se estableció en Waterloo para eludir la previsible condena de los tribunales españoles por el referéndum del 1 de octubre de 2017. Ahora está convencido de que ha quedado descartada por completo su entrega al Estado tras el último y definitivo varapalo de la justicia belga a la petición de extradición del exconseller Lluís Puig. Sería, en todo caso, una victoria momentánea para Puigdemont y que le proporcionaría una satisfacción parcial, porque el proceso sigue vivo en España y su regreso a Catalunya le supondría ser arrestado. Además, mientras JxCat vende lo sucedido como un éxito de la vía del exilio, el triunfo judicial podría verse eclipsado por una decisión que se prevé que llegue antes: el indulto de los presos soberanistas que cumplen condena en el Estado, entre ellos el líder de ERC Oriol Junqueras, defensor de la vía de interlocución que ha abierto su partido con el Gobierno español. El presidente Sánchez también ofrece reformar el delito de sedición en el marco de la sintonía con ERC.

“Game over”, se ha felicitado Puigdemont en las últimas horas en Twitter. Es eurodiputado y tendrá que afrontar el próximo jueves un nuevo trámite en el proceso que ha abierto la Eurocámara para decidir si se le retira la inmunidad para que pueda ser juzgado. Los precedentes de la Cámara hacen presagiar una decisión contraria a sus intereses, pero este trance parece ya un asunto secundario. El expresident no teme que levanten su inmunidad y lo arrojen a los leones de los tribunales belgas por el precedente de Puig, y cree que saldría airoso y evitaría la entrega al Estado español, donde el juez Pablo Llarena aún lo reclama por su liderazgo del procés. Este escenario comienza a ser muy verosímil y se asume en sectores de la política madrileña.

La extradición de Puig por un delito de malversación ha quedado definitivamente descartada porque la Fiscalía belga ha decidido no recurrir la decisión del Tribunal de Apelación, que se había manifestado en contra de la entrega. Este carpetazo da oxígeno a Puigdemont por los argumentos de fondo empleados por la justicia belga. En concreto, según ha hecho pública su defensa, la decisión sobre Puig se sustenta en que el Tribunal Supremo no es competente para pedir la extradición, y en que no está garantizado su derecho a la presunción de inocencia. Puigdemont tendrá que hacer el mismo recorrido judicial y entiende que se le aplicaría este mismo precedente. Considera, además, que esta decisión podría tener consecuencias en todos los presos soberanistas que cumplen condena en el Estado español.

En puertas de las elecciones catalanas que en principio se celebrarán el 14 de febrero si no se decide su aplazamiento por el coronavirus, JxCat ha utilizado este desenlace para confrontar con ERC y pedirle que no desprecie la vía del exilio porque estaría dando frutos. Este debate entra ya dentro de la pugna electoral entre ambos partidos, donde ERC, con Junqueras entre rejas por haber decidido permanecer en Catalunya, defiende la mesa de diálogo con el Gobierno español, su contribución a los Presupuestos, y podría ver cómo el Consejo de Ministros decide finalmente conceder el indulto a los presos soberanistas.

En el caso de Puigdemont, aunque su extradición fuera denegada, a efectos prácticos tendría que continuar fuera del Estado español. Puigdemont se presenta a los comicios catalanes con un papel simbólico para impulsar a la cabeza de lista y candidata efectiva, Laura Borràs.

Si no media un aplazamiento, Puigdemont tendrá que declarar la próxima semana en la Comisión de Asuntos Jurídicos del Europarlamento para defenderse en el procedimiento del suplicatorio. También tendrán que pasar por el mismo trámite Toni Comín y Clara Ponsatí (en su caso, sería juzgada en Escocia).

La portavoz de JxCat, Elsa Artadi, pidió a Pedro Sánchez que “rectifique” y “libere a los presos políticos” tras la decisión del Tribunal de Apelación belga. Artadi consideró que la decisión de la justicia belga es una “humillación a la justicia española”. “Los presos políticos de Mariano Rajoy y la represión de Mariano Rajoy son los presos políticos de Pedro Sánchez y la represión de Pedro Sánchez si no deja de judicializar la política y no libera a los presos políticos”, lanzó. En clave de enfrentamiento con ERC, añadió que es “una evidencia” que la mesa de diálogo del Gobierno español con Catalunya ha sido “un fracaso”. El soberanismo extiende lo sucedido con Puig a los presos en el Estado español porque entienden que la decisión de Bélgica les da una percha argumental para recurrir ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Petición preferente. El soberanismo catalán sigue defendiendo que la vía ideal pasaría por una amnistía porque no implica reconocer la comisión de un delito, aunque este planteamiento se esgrime sobre todo desde JxCat para minimizar la importancia que tendría el indulto de los presos, un gesto que públicamente se vincula en mayor medida con el diálogo entre ERC y el Gobierno español. La decisión sobre el indulto la tiene en última instancia el Consejo de Ministros.