¿Qué mensaje quiere lanzar el PNV en este Aberri Eguna?

-Que a pesar de la situación tan complicada y de toda la fatiga pandémica, la CAV va a tener una salida y futuro. Vamos a volver a la CAV pre-covid que florecía a finales de 2019. Este pueblo tiene fuerza para hacerlo, y tenemos un autogobierno que es el instrumento para hacerlo posible. Y hay un partido, el PNV, que manifiesta su máximo compromiso para conseguirlo. Es un contrato de reconstrucción de este país con la sociedad.

El manifiesto del PNV dice que la agenda no se agota con la gestión sanitaria. ¿Está poniendo la mirada en recuperar la Ponencia de Autogobierno en otoño?

-Gran parte del secreto de que podamos salir de la pandemia, que lo hagamos pronto y bien, está en el autogobierno. Es la herramienta indispensable para salir bien de esta situación. Tenemos que tener luces cortas para ver la situación en la que estamos y no despistarnos, porque está claro que la salud y los servicios públicos y la creación de empleo tienen que estar en el foco cercano de todas las instituciones. Pero también tenemos que utilizar las luces largas. Lo que estamos transmitiendo a la gente es un mensaje de esperanza fundamentada en la capacidad que tenemos como país y que hemos demostrado en otras ocasiones, con la combinación de nuestra gente, nuestro pueblo, y nuestro autogobierno.

Pero, ¿qué fechas manejan para la Ponencia?

-Ningún Parlamento del mundo está en una posición normal ni normalizada. Espero que, en cuanto tengamos el proceso de vacunación asegurado y en otoño, podamos empezar a retomar con normalidad absoluta la actividad política. Y en esa normalidad absoluta estará también la Ponencia de Autogobierno.

¿El PNV no renuncia al derecho a decidir aunque haya quedado eclipsado por la gestión del coronavirus?

-Es consustancial a un partido nacionalista y soberanista. Ni le damos un valor totémico, ni aceptamos que se le meta al cuarto oscuro argumentando que rompe la convivencia. Es un derecho democrático y un mecanismo, no un fin en sí mismo. En Europa hay que buscar un modo de garantizar a los pueblos sin Estado que tengan capacidad de decidir su futuro.

La muerte de Mikel Zabalza en 1985 está en manos de la comisión vasca de abusos policiales. ¿Que el Estado no desclasifique los documentos va a suponer un obstáculo?

-No puede ser que una democracia tenga zonas oscuras para lavar trayectorias que supuestamente alguien ha dicho que eran modélicas y no lo eran. ¿Por qué no se pueden desclasificar papeles y por qué la Fiscalía no puede instar al juez? ¿A quién se hace daño con esto? Al Estado, no. Será a personas que se han aprovechado del poder que les da una democracia. Para que una democracia sea plena, tiene que ser capaz de lavar sus trapos sucios y airearlos. No creo que sea una posición del PSOE o del Gobierno, sino de los poderes fácticos del Estado, y una posición muy timorata del ministro Marlaska influenciado por su pasado como juez.

Esta legislatura en el Estado está llamada a ser clave para cumplir el Estatuto de Gernika. ¿Sánchez estaría traicionando la confianza del PNV si convocara elecciones?

-Sería un varapalo para nosotros, porque no creemos que haya razones para acortar la legislatura. Sánchez debería gestionar estas situaciones con la vista puesta en cumplir toda la legislatura y dar tiempo a que se cumplan los acuerdos que ha ido tejiendo. Cuando llegamos a un acuerdo con Sánchez, estábamos haciendo una apuesta de largo aliento, de mayor recorrido que una legislatura. Habíamos dicho al PP que se tenía que regenerar y eso no sucede en diez minutos. No hay una alternativa a Pedro Sánchez. Solo se entendería entre comillas que convocara elecciones para mejorar su posición partidista en la ecuación, pero no por la realidad. Lo que hace falta es que invierta en diálogo con quienes le votamos en la investidura. Le pedimos a Sánchez que deje de mirar de reojo al CIS y haga una inversión en diálogo político con Catalunya y la CAV para hablar sobre reformas, porque va a ser la garantía de que la próxima legislatura vamos a seguir bien.

¿Se ha quedado usted tranquilo al escuchar a Sánchez decir que va a aguantar hasta 2023 tras la salida de Iglesias del Gobierno español?

-Ese tipo de declaraciones contrastan con el clima político. Si uno ve el Congreso de los Diputados, dice que esto está a punto de estallar por el nivel de crispación.

¿Al PNV le alivia la salida de Iglesias? Ha intentado desplazar el eje de las alianzas hacia Bildu.

-Iglesias es un vendehumos. Ha querido traslucir que es el nexo de las izquierdas cuando no era verdad, utilizando a ERC, que no se ha dejado tanto, y a Bildu, que se ha entregado a esa estrategia porque es menos vergonzante explicar a su gente su sumisión en Madrid porque tiene un acuerdo con Iglesias, que porque se tiene que comer crudos los apoyos a Sánchez de manera acrítica para que pasen cosas en política penitenciaria.

El PNV ha dado un toque de atención a Sánchez pidiendo que cumpla compromisos antes del verano. ¿Dónde está el mínimo para el PNV?

-Hay un paquete de cinco o seis transferencias que tendrían que estar para verano. Tendrían que haber estado para Semana Santa, pero vamos a dar por bueno que la vacunación haya generado unos retrasos. Para verano tenemos que tener también la certeza del cronograma del Tren de Alta Velocidad, la entrada a las capitales... Puede pasar que hasta 2027 no se termine al 100% la obra, pero para el año 2024 puede haber ciertos tramos. También hay un paquete fiscal: concertar las tasas Google y Tobin. Esos tres paquetes son importantes.

¿Puede ser que la legislatura estatal se rompa por el lado catalán?

-El tema catalán necesita una clarificación catalana, y ojalá se produzca rápido. Eso daría con un Govern, y ese Govern sería el que tendría la posición política negociadora con Madrid.

¿Puigdemont debe controlar el Govern desde Waterloo?

-No. Yo no veo ninguna estructura ni ninguna célula dictando la capacidad de actuación de una institución. Yo no querría esto para el Gobierno Vasco y el lehendakari. Otra cosa es que el Govern resultante sea lo suficientemente generoso para incorporar otros programas. Pero, tener fuera de las instituciones un guardián de las esencias, no. Tampoco creo que sea la pretensión. Yo creo que la reivindicación del Consell per la República es que nadie tenga la tentación de decir que todo empieza hoy.

¿Cómo se encuentra el PNV en Navarra, ahora que denuncia que UPN está torpedeando su labor con casos como el de Manu Ayerdi?

-Navarra tiene que caminar hacia una normalización política en la que UPN se quede como lo que es: una fuerza importante, con tirón electoral, pero que tiene una incapacidad absoluta para llegar a acuerdos, y tics difícilmente compatibles con el sistema democrático. Una de las asignaturas pendientes que tenemos todas las fuerzas navarras es marcarle más el territorio. Hay cierto miedo reverencial a UPN, y el resto le tenemos que poner más en su sitio.

“Si uno ve el Congreso de

los Diputados, dice que

esto está a punto de estallar por el nivel de crispación”

“Una asignatura pendiente que tenemos todas las fuerzas navarras es marcarle más el territorio a UPN”

“En Europa hay que buscar un modo de garantizar que los pueblos sin Estado tengan capacidad de decidir su futuro”