La acumulación de cargos en el PP ha puesto a Ana Beltrán en conflicto con los estatutos de su partido. La exparlamentaria foral, metida de lleno en la política de Madrid desde que Pablo Casado ganó la presidencia del PP en 2018, suma a su condición de diputada en el Congreso -por Madrid- el alto cargo de vicesecretaria de Organización -la número tres de Génova- y el de presidenta autonómica del PP en Navarra, algo que el código interno de los populares señala como "incompatible".

La paradoja está en que la propia Beltrán, como una de las máximas responsables de hacer cumplir los estatutos, envió el mes pasado una carta a los jefes provinciales del partido en la que recordaba la "necesidad de respetar lo estipulado en los estatutos" en lo referido a incompatibilidades internas como requisito para "garantizar el correcto desarrollo de los congresos" y "asegurar el adecuado funcionamiento de la organización". Una comunicación que se produjo en el contexto de la apertura de la carrera dentro del PP para renovar las cúpulas territoriales del partido, y que mantiene un enfrentamiento entre Casado y la federación andaluza, liderada por Juanma Moreno Bonilla, uno de los barones del partido como presidente de la Junta de Andalucía.

La literalidad de los estatutos es clara. Sobre el papel, el artículo 10 del código interno, relativo a las incompatibilidades, establece que "la condición de diputado al Congreso es incompatible con el desempeño de cargos de presidente o secretario general insular, provincial o autonómico del partido". Es el caso de Beltrán, que accedió a su acta de diputada en abril de 2019, cuando ya era presidenta del PP de Navarra, cargo que sigue desempeñando en la actualidad pese a que el código interno dice que es algo "incompatible".

Es decir, que Beltrán ostenta tres cargos: uno en la alta dirección -vicesecretaria de Organización-, otro de máxima representación autonómica -presidenta del PP de Navarra- y un tercero de representación institucional -diputada-. Un incumplimiento -el de ser diputada y presidenta autonómica- del régimen de incompatibilidades que está tipificado en los estatutos como una infracción muy grave, y una acumulación de cargos orgánicos e institucionales que pone en cuestión la concentración de poder en torno a unos pocos perfiles en lo más alto de la estructura del PP.

Beltrán lo niega

Este periódico trató de aclarar con la propia Ana Beltrán la situación interna en la que se encuentra, pero solo pudo hacerlo con su equipo de prensa. El gabinete de comunicación de la exparlamentaria foral niega que haya incompatibilidad alguna. Defiende que Beltrán no desempeña más de un cargo territorial (solo el de presidenta del PP de Navarra) y tampoco más de un cargo de representación institucional (solo el de diputada), aunque también sea vicesecretaria. Y, con respecto a la imposibilidad de ser al mismo tiempo diputada y presidenta de federación autonómica, su equipo lo explica porque "ya era presidenta del PP de Navarra cuando accedió al cargo de diputada nacional".

En los casos en los que un presidente autonómico toma posesión como diputado, defiende su equipo, el PP, "en lugar de valorar duplicidades y nombrar gestoras (€) valora y valorará las posibles duplicidades y las excepciones en el momento en que se vaya a celebrar un nuevo Congreso". Una explicación que enmarca la duplicidad de Beltrán como un problema de cara al futuro, a volver a presentarse como presidenta del PP en Navarra, y no como un incumplimiento actual de los estatutos, aunque la lectura del artículo 10 no deje demasiado margen a la interpretación. En este caso, tampoco ha habido un informe motivado por parte de la Oficina del Cargo Popular y aprobado por la Ejecutiva para avalar la situación de Beltrán, procedimiento normal que marcan los estatutos para casos puntuales de incumplimiento del régimen de incompatibilidades.

No es el primer caso en el que las duplicidades obligan a movimientos en el PP. En enero, la secretaria general de las juventudes del PP vasco, Bea Fanjul, diputada en el Congreso por Bizkaia, renunciaba a su cargo orgánico ante su inminente elección como presidenta de las juventudes a nivel estatal. Lo hacía con una reveladora carta que publicó en Twitter. "Siempre he hecho política actuando de acuerdo con mis convicciones y es precisamente por ello que he tomado esta decisión [dimitir como secretaria general de las juventudes del partido en la CAV]. Creo que nuestra organización tiene talento suficiente como para no necesitar duplicidad alguna", se lee en un apartado de la carta, que publicó bajo un inequívoco mensaje: "La coherencia te da credibilidad y la credibilidad es fundamental en política. No creo en las duplicidades: dimito".

Lo que dicen los estatutos: artículo 10

En la circular interna que mandó como 'número 3', Beltrán recuerda la necesidad de respetar la letra d) del artículo 10: "Los presidentes y secretarios generales provinciales e insulares solo son compatibles con cargos de representación institucional en corporaciones locales y provinciales, parlamentos autonómicos y el Senado". Beltrán tenía muy a mano la letra que ella misma incumple, la c): "La condición de diputado al Congreso [que ella ostenta por la circunscripción de Madrid] o al Parlamento Europeo es incompatible con el desempeño de cargos de presidente o secretario general insular, provincial o autonómico del partido [Beltrán es presidenta del PP de Navarra]". "Se recuerda la necesidad de respetar lo estipulado en los estatutos para garantizar el correcto desarrollo de los congresos y asegurar el adecuado funcionamiento de la organización", pide Beltrán en la carta.