Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) avisó ayer de que su voto a los presupuestos generales del Estado para 2022 se tiene que “sudar” y así se lo trasladó ayer al ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, al que dejó claro que no hay garantía de apoyo y que exigirán cambios en la Ley de Memoria Democrática o en la regulación de los alquileres.

“Que nadie dé por seguro el voto de ERC a nada”, dijo en rueda de prensa su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, que advirtió al PSOE de que le ve “demasiado tranquilo” ante algunas leyes que no gustan a los republicanos, como la ley audiovisual, que “no respeta la lengua cooficial”.

“El PSOE no debe darnos la espalda”, volvió a avisar Rufián horas antes de que se iniciara la ronda de contactos que Bolaños mantendrá con los partidos políticos esta semana para buscar apoyos a los presupuestos o a temas como la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En el asunto presupuestario ERC reconoció que están bastante alejados de los socialistas y que analizarán los incumplimientos en inversiones en las partidas que contemplaban las cuentas de 2021.

La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, aseguró ayer que el Ejecutivo catalán trabaja con “unidad de acción” pese a las “diferencias” entre ERC y JxCat y normalizó las discrepancias dentro de toda coalición.

Así lo afirmó tras la reunión semanal del Ejecutivo catalán, en la que se aprobó el Plan de Govern, con más de 1.500 medidas, como la apuesta por la “mesa de negociación política” entre los gobiernos catalán y estatal, la amnistía y la autodeterminación.

Después de que el pasado martes el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, vetara los nombres propuestos por JxCat para participar en la mesa de diálogo al haber tres perfiles ajenos al Govern, Plaja relativizó las tensiones internas. “En un gobierno de coalición hemos de acostumbrarnos a las diferencias y desacuerdos” entre socios en algunos temas.

Anhela la vuelta del bipartidismo. El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra (PSOE) describió ayer la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat como “un fingimiento”, recalcó que él no acudiría a esas reuniones y vaticinó que de esa negociación no saldrá nada, porque más allá de que “probablemente” se ceda “en una cuestión de recursos económicos”, los nacionalistas saben que, en cuanto a autodeterminación y amnistía, el Gobierno de España “no puede de ninguna manera concederlas”, dijo. Y auguró que “el bipartidismo volverá. Hay que preguntarse con la mano en el corazón: ¿el Parlamento actual es mejor? No es posible contestar que sí”.